El catalán de pro, el gallego de Poyo, el marinero vasco, el descubridor portugués, el genovés universal en el resto del mundo, Cristobal Colón, volvió de su primer viaje al Nuevo Mundo con muchas cosas. Algunas intangibles, como la noción de un planeta más amplio y un futuro imperio español. También seres vivos. Plantas, animales, seis indígenas que fueron bautizados en presencia de los Reyes Católicos. La historiografía también debate si la tripulación trajo algo más, algo que barrería la Europa renacentista, dejando muertos por donde pasaba. La bactería Treponema pallidum, a.k.a. la sífilis.
Aunque ahora sea una enfermedad con cura, la sífilis fue durante siglos un enemigo mortal. Durante los siglos XV y XVI se calcula que el 15% de la población europea llegó a padecerla. Los síntomas secundarios son, tras una serie de llagas en genitales, la boca, la piel o el recto, fiebre, indisposición general, falta de apetito, pérdida del cabello. En la tercera fase llega el daño al corazón, trastornos del sistema nervioso, tumores, afectación de órganos vitales y, puede ser, la muerte.
Ante lo oscuro del tema, esa bilbia del saber llamada Enciclopedia Británica tira por la calle del medio y explica que «es indisputable que las referencias en la literatura europea aparecen solo después de la vuelta de Colón del Nuevo Mundo». El primer supuesto muerto oficial de sífílis en Europa fue el comandante Martín Alonso Pinzón, uno de los conocidos hermanos Pinzones, unos auténticos mari… neros. Pinzón llegó a bordo de La Pinta a la Bayona gallega y desde allá se fue a su Palos de la Frontera natal, donde falleció en marzo de 1493.
Pero es en 1495 cuando tiene lugar la primera gran epidemia europea. Ese año, el rey francés Carlos VII sitió Nápoles con un ejército de 40.000 efectivos, formado principalmente por galos, alemanes y suizos. Semejante cantidad de hombres solos en tiempo de guerra solía llevar detrás una caravana de prostitutas. Alfonso II de Nápoles rindió la ciudad el 22 de febrero. Fernando el Católico, cabreado, mandó a Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido en la historia como el Gran Capitán.
«Durante el sitio, las prostitutas francesas tuvieron relaciones sexuales con los soldados españoles, y probablemente contrajeron así la sífilis, que luego transmitieron también a los soldados franceses, pues estos se retiraron rápidamente abatidos por una misteriosa epidemia; de ahí el nombre de ‘morbo gálico’», se lee en el artículo Sífilis: pasado y presente.
En otro artículo, On the Origin of the Treponematoses: A Phylogenetic Approach, los autores argumentan que «cuando el ejército se desbandó al poco de la campaña, las tropas, compuestas por mercenarios, volvieron a sus hogares y diseminaron la enfermedad por Europa». Como es normal en estas cosas sexuales, cada país culpaba al otro. En Italia, Alemania y Reino unido era la enfermedad francesa. En Francia, la napolitana. Para los rusos, polaca. Para los polacos, alemana. Daneses, portugueses y norafricanos, española. Los turcos no se complicaban y decían que era cristiana.
En las conclusiones de este artículo científico de 2008, que comparó genéticamente 26 cepas de la bacteria, se lee: «cuando se combina esta información genética con la amplia evidencia documental de que la sífilis apareció en Europa por primera vez alrededor de 1495 y la ausencia aparente de signos esqueléticos de sífilis en la Europa precolombina y el norte de África, la hipótesis colombina cobra fuerza».
A la contra, en 2015, científicos austriacos publicaron A probable case of congenital syphilis from pre-Columbian Austria. En él aseguran haber encontrado un esqueleto austriaco con síntomas de padecer sífilis, pero fechado en el siglo XIV. La gran prueba para su caso son los dientes del espécimen, con defectos en molares y caninos. «La combinación de las características clínicas da credibilidad al diagnóstico de sífilis. Aunque no prueba que el origen esté en el Viejo Mundo, sí muestra que la sífilis no fue introducida por la tripulación de Colón». El individuo estudiado tenía entre seis y ocho años de edad, por lo que se trataría de sífilis congénita, y vivió entre 1320 y 1390.
La anterior gran refutación de la teoría era de 1999, un artículo de la Universidad de Bradford hecho público sobre un cementerio de una abadía usado de 1119 a 1539 y donde se encontraron 245 esqueletos, de los cuales tres tendrían signos de sífilis. Estas ideas son contestadas en el texto The Science Behind Pre-Columbian Evidence ofSyphilis in Europe: Research by Documentary, que dice que es perfectamente posible que sean lesiones de lepra.
Este último artículo tiene otra hipótesis. «Debido a las diferencias en el clima, las vestimentas y las prácticas sexuales que la Europa renacentista presentaba con La Española [la isla donde Colón tocó tierra y que ahora alberga Haití y República Dominicana], la bacteria responsable de la enfermedad se habría encontrado con nuevas presiones a su llegada al Viejo Mundo […] Colón y su tripulación habrían traído una enfermedad no venérea que al llegar a Europa habría respondido a las nuevas condiciones con una nueva estrategia de transmisión sexual».
El líder de este artículo es George J. Armelagos, un señor que sale en la Enciclopedia Británica y cuya teoría final fue que la sífilis evolucionó desde la pian. Argumentaba que mientras en América hay incontestables e innumerables lesiones de esqueletos que apuntan a esta enfermedad, en Europa son muy pocos y están todos en entredicho. Los cronistas de Indias López de Gomara y Fray Gerónimo de Mendieta decían que mientras América había contagiado a Europa con la sífilis, esta no se quedó corta y les llevó la viruela y el sarampión. De esta forma ambos lados tienen culpa de algo.
Para saber más:
Sífilis: pasado y presente
Enfermedades que cambiaron la Historia
Sífilis: neologismos, impacto social y desarrollo de la investigación de su naturaleza y etiología
¡Pero la sífilis es talento incaico!
jimmy fernando carias exclente pagina
jimmy fernando carias montoya exclente pagina