Algunas medicinas o restos de tratamientos no tienen más destino que esperar su caducidad para acabar en la basura. Mientras, permanecen guardadas en un cajón. En la oscuridad del tiempo que las hará inservibles. Hace unos días decidimos rescatar algunas. Las sacamos del cajón de una persona que ya no las necesita y las llevamos a un punto Sigre de reciclaje de medicamentos.
Fuimos en bici. Volvimos en bici. Es parte del proyecto El deportista social que desarrolla Yorokobu junto a Sigre como parte de su campaña Cambia con Sigre.
La mujer a la que visitamos desconocía que podía llevar los envases y los restos de medicamentos a la farmacia y dejarlos en un punto Sigre para que sean reciclados. Ya lo sabe. Pero, además, para hacérselo más fácil, esta primera vez, recogimos las medicinas y los envases en su hogar. Llegamos en bici y volvimos en bici. Deporte y fin social en apenas un par de horas.