Se estiran las solapas de los lados, se hace un corte limpio en una de las esquinas, se vierte en un vaso el contenido y el tetrabrik (tetrapak) se tira a la basura. Esas más o menos son las instrucciones. Para Chimi, un diseñador industrial radicado en Ciudad en México, existe un paso más después de eso: convertir ese cartón inservible en un producto de diseño.
La gente ha apoyado su proyecto de crowdfunding hasta alcanzar la meta porque lo «han visto beneficioso para ellos y para la naturaleza», opina el creativo. Su originalidad en concreto son las lámparas Etla hechas de Tetrapak, un tipo de objeto fabricado íntegramente con este material y que por no llevar, «ni tan siquiera lleva pegamento».
El proceso discurre a lo largo de una serie de colaboradores que trabajan en cadena para que finalmente Chimi cree el producto definitivo: «El primero es Beto, que recupera los tetrapaks en restaurantes y cafés del barrio; El Uva, Chayo, El Chango y Don Armando, artesanos urbanos de colonias vecinas, se ocupan de suajar, armar y fabricar piezas adicionales; y finalmente Verobel, en el reclusorio de Tepepan, ensambla la maya», destaca la labor de los socios que ha elegido para participar en el negocio.
Chimi está al frente del taller Hierbamala, un espacio en la Colonia Roma (Ciudad de México) creado hace dos años donde se dedica «al 100 % a diseñar muebles y accesorios a partir de materiales reciclados y a recuperar muebles usados. Me importa el contexto y la historia tanto de la concepción como de la fabricación del objeto», explica su motivación con el proyecto.
La última idea germinada allí ha sido la de las lámparas Etla. La idea le vino tras pasar unos días en San Agustín Etla Oaxaca y «después de mucho cutter y ensayos fallidos». «Al final salió el prototipo. Se trata de un rediseño de una lámpara de Ed Chew basado en el sistema de tejido de Heinz Strobl. En este caso, está hecha de un ensamblaje de tetrapak reciclado y sin una gota de pegamento», da los detalles técnicos.
Con el fondeo conseguido el industrial calcula que se podrán elaborar cerca de 5.000 lámparas que sacarán del vertedero miles de cartones de leche y jugos destinados a desechos.
«En Hierbamala creemos en la valorización humana y ecológica», dice Chimi. «Pienso que el diseño sustentable, social y local crea una comunidad visible y cercana. Por eso aquí la participación de los colaboradores es equitativamente remunerada y los procesos de trabajo son transparentes. Usar materiales usados subraya la importancia de la separación de residuos y nos hace partícipes de un consumo consciente y moderado».