โ€˜The deuceโ€™: ambiciรณn y sexo en la sucia Nueva York

Uno de los mejores finales de Mad Men tiene lugar en la quinta temporada. A Sally, la hija de Don Draper, le preguntan por telรฉfono cรณmo es la ciudad. Con su mirada adolescente, le basta una palabra para definirla: sucia. Luego, corte a negro. La joven hablaba, claro, de Nueva York. La magnรญfica serie sobre publicistas retrataba una urbe amoral a travรฉs de oficinas elegantes y seรฑores trajeados bebiendo caros licores. The Deuce transcurre pocos aรฑos mรกs tarde, pero ni siquiera concede esa tregua estilรญstica.

La nueva apuesta de David Simon para HBO exhibe la Nueva York mรกs fea que se recuerda. Antros y calles oscuras que ensucian la mirada de cualquiera. Tanto que cuando excepcionalmente le amanece a un personaje, el contraste convierte en espectaculares los rayos de sol. El creador de The Wire dispone un universo que comparte trasfondo; aquรญ todos quieren sacar tajada. Y da igual cuรกntas objeciones morales presenten, la realidad les acabarรก pasando por encima.

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La serie presenta muchos elementos independientes, que van creciendo a su ritmo y a su modo, hasta conformar una red urbana. Algunos se desarrollan a fuego lento paralelamente y a veces convergen. Hay una cafeterรญa y, sobre todo un bar de copas, por donde desfilan multitud de personajes de toda condiciรณn. Y aparecen de forma orgรกnica, sin que al espectador le chirrรญe la coincidencia, que en ningรบn momento parece fruto de un relato forzado.

En la base de la estructura, las mรกs desprotegidas, de las que todo el mundo se aprovecha. Las putas viven explotadas por sus chulos, que a la vez lidian con agentes de policรญa movidos por sobornos que han de acatar รณrdenes de sus superiores. Esas รณrdenes estรกn dictadas en connivencia con los dos poderes, el institucional y el fรกctico, los polรญticos y la mafia. La corrupciรณn como telรณn de fondo, hecha la ley, hecha la trampa; la ambiciรณn confundida con avaricia.

The Deuce la firman a dรบo Simon y el novelista George Pelecanos, pareja que ya colaborรณ en aquella mรญtica crรณnica de Baltimore The Wire y en Treme. Ambos tejen incontables ramificaciones, suministrando pequeรฑas dosis de informaciรณn para cimentar personajes y subtramas. La niรฑa de papรก que cambia intelectualidad por vida nocturna. El camarero gay que se enfrenta a detenciones por su condiciรณn sexual. La periodista, que tarda en aparecer, pero que el reportero que Simon fue no puede evitar introducir. Y, por supuesto, todo lo que rodea a la pornografรญa.

La serie detalla el nacimiento de la industria del cine para adultos. La ilegalidad de las pelรญculas explรญcitas las convertรญa en clandestinas, por lo que solo las prostitutas accedรญan a protagonizarlas. Mientras en Europa ya era posible su libre distribuciรณn, en Estados Unidos los jueces aรบn dictaminaban penas de cรกrcel. Quizรกs otros apostarรญan por un punto de partida menos arriesgado, pero The Deuce echa la mirada atrรกs sin importar la crudeza que rezume la prostituciรณn, el germen de la industria. A partir de ahรญ vendrรญa su legalizaciรณn e inmediato auge en suelo norteamericano, algo que la serie mostrarรก en futuras temporadas.

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Pese a ser coral, en el reparto destacan un par de rostros. James Franco no desentona, y eso que da vida a dos gemelos que, ademรกs, comparten numerosas escenas. Vincent Martino es un barman que sabe lidiar con toda clase de clientes, centrado y reflexivo. En cambio, Frankie es un bala perdida que malvive entre deudas. Aunque por motivos muy distintos, ambos desearรกn (sin รฉxito) mantenerse alejados de la mafia. James Franco se multiplica en esta serie, ya que ademรกs del doble trabajo interpretativo, dirige dos episodios.

Maggie Gyllenhaal interpreta a Candy, cuyo nombre podrรญa haberse inspirado en el papel que tiene entre manos. Sobre ella recae el personaje con mayor potencia dramรกtica de The Deuce, una prostituta que rechaza el yugo de los proxenetas. Tiene un hijo que desconoce su profesiรณn, ya que vive con su abuela. Harta de poner en peligro su vida en la calle, Candy pronto se interesarรก por el incipiente cine porno como fuente de ingresos.

Tambiรฉn cuenta el elenco con guiรฑos para los admiradores (y por tanto nostรกlgicos) de The Wire. Salta a la vista Lawrence Gilliard, que pasa de interpretar a Dโ€™Angelo Barksdale a un policรญa enamoradizo. Y, por supuesto, Chris Bauer, el carismรกtico Frank Sobotka. Aquรญ tambiรฉn es sindicalista, solo que pronto abandonarรก su rectitud para dedicarse a otros negocios. Ademรกs, hay sitio para Gbenga Akinnagbe (que interpretaba a Chris Partlow) y Anwan Glover, asรญ como el rapero Method Man, presente tambiรฉn en ambas producciones. Finalmente, Michael Kostroff cambia al abogado Maurice Levy por un jefe de policรญa.

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The Deuce va con todo, tambiรฉn a la hora de retratar la desnudez. Sin embargo, no se limita al cuerpo de las actrices; tambiรฉn aparecen penes cuando es necesario, sin reparo alguno. Ademรกs, la mirada femenina estรก muy presente detrรกs de las cรกmaras. Puede extraรฑar por la temรกtica, pero hasta cuatro de sus ocho capรญtulos estรกn dirigidos por mujeres. Basta un vistazo al resto del panorama televisivo actual para comprobar la anomalรญa que esto, desgraciadamente, aรบn supone.

Otra caracterรญstica es su precisiรณn extrema, algo muy habitual en los productos que llevan la firma de Simon. Pero no el detalle que divaga, sino el que completa el cuadro, el que convence al espectador de que los narradores saben (o aparentan saber) de lo que hablan. Las falsas eyaculaciones en el porno, las involuntarias muecas de la prostituta tras una raya de cocaรญna, los vericuetos legales que usa un policรญa para cobrar mรกs horas extraโ€ฆ Pormenores que no desarrollan la trama, pero que la engrandecen.

Todo transcurre al inicio de la dรฉcada de los 70, fecha en la que Leonard Cohen hablaba de los que perseguรญan el dinero y la carne en Nueva York. Los creadores ya han anunciado que la idea es avanzar en el tiempo, que los personajes evolucionen y que la industria pornogrรกfica se agigante. El relato terminarรญa a mediados de los 80, dentro de un proyecto inicial de tres temporadas. Por el momento, HBO ya les ha renovado y dado carta blanca para la segunda.

Y, por รบltimo, una recomendaciรณn. El anterior trabajo de David Simon con la prestigiosa cadena por cable fue una pequeรฑa joya de seis episodios que pasรณ mรกs desapercibida de la cuenta. Una radiografรญa racial llamada Show me a hero, liderada por un imponente Oscar Isaac. Por si acaso a alguien The Deuce se le ha hecho corta.

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Patrick Thomas

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