El ‘troleo’ a la campaña turística del gobierno mexicano

El metraje arranca y la pantalla se inunda de belleza. Sobre un arrecife, en el que rompen olas azul celeste, se sobrepone el logo de Visit Mexico, la imagen de marca turística del país. Un hombre con un tocado de plumas interpreta una canción a la flauta. «México es un paraíso», dice una voz en off. Aparecen varios platos de comida. Más playas. Un desierto. Datos brutos, entre ellos los 32 millones de visitantes que llegan cada año. «Pero ahora se ha vuelto un lugar muy peligroso». Nueva información, pero sobre desapariciones forzadas, violencia policial. Los 10 minutos del cortometraje recogen testimonios de víctimas de brutalidad de las fuerzas del orden en Guerrero, Veracruz y Baja California. Un troleo al gobierno mexicano. Un microdocumental llamado Visit Mexico, un país de impunidad.

«Con esto, lo que hemos buscado es mostrar la realidad que atraviesa México, más allá de lo que el discurso oficial muestra, contando las historias desde la misma mirada que se muestra la grandeza de nuestro país, invitando a las personas a interesarse sobre la grave situación que atraviesa México y comprometerlos con la necesidad de justicia», explican desde la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, una organización civil dedicada a lo que dice su nombre, y productora ejecutiva.

Lo cierto es que en el corto se ve claramente su intención. El lenguaje es el de la promoción turística. Fotografía muy cuidada, paisajes maravillosos. Escenas tradicionales de cada uno de los Estados que se visitan. Sin embargo, en el medio, se intercalan testimonios de víctimas que dejan de piedra a un extranjero, pero que son habituales en los medios mexicanos. Según las estadísticas que maneja la Comisión, sólo hay cinco sentencias en todo el país por desapariciones forzadas, frente a unos 28.000 casos repartidos por toda su geografía.

«Fue en el mes de septiembre de 2014 cuando personas de una corporación de gobierno llegan a mi casa a las dos de la mañana, hacen disparos en la entrada, en ese momento sale mi hermano, lo tiran al piso, lo empiezan a golpear, se meten al domicilio», dice Joel Hernández López, víctima de tortura policial, mientras pasea por una playa de arena blanca en Guerrero. Sus hijos estaban dentro. A él le sacan con la pistola en la cabeza y amenazándole de muerte. Lo detuvieron sin respetar sus garantías constitucionales ni avisar a nadie. Le torturaron.

El caso de Hernández es sólo uno de los ejemplos que relata la pieza. «Las historias que mostramos son sólo una pequeña parte de lo que ocurre y la ausencia de justicia ha permitido, a través de las décadas, que se sigan cometiendo graves violaciones de derechos humanos como la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, la terrible práctica de la tortura… entre otras que se siguen permitiendo a causa de la falta de investigaciones y sanciones adecuadas», continúan desde la Comisión.

[pullquote]Este vídeo no debe verse como un ataque al turismo, una fuente de ingresos y empleo fundamental para el país, sino como una llamada a la comunidad internacional para que ayude a solventar la situación[/pullquote]

Si hubiera que poner una fecha al inicio de esta espiral, claramente sería 2006. «Desde entonces hemos visto un preocupante aumento en las violaciones, con una acumulación de actos delictivos que pueden considerarse crímenes de lesa humanidad pues forman parte de una política de Estado», arguyen. «La política de combate a la delincuencia organizada promueve el uso de medios legítimos, así como ilegítimos o ilegales, omitiendo legislar en el uso de la fuerza letal así como investigar los abusos cometidos por militares».

De acuerdo a sus datos, hay más de 4.000 denuncias por tortura ante la Procuraduría General de la República, nombre de la Fiscalía, entre 2007 y 2014, y 79 recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por casos de tortura en el mismo periodo; más de 70.000 asesinatos y 60 recomendaciones que involucran a 161 víctimas de ejecuciones. Difícil hablar de hechos aislados. Aclaran desde la Comisión que este vídeo no debe verse como un ataque al turismo, una fuente de ingresos y empleo fundamental para el país, sino como una llamada a la comunidad internacional para que ayude a solventar la situación.

Cuando se presentó el documental en el Centro de Cultura Digital, un subterráneo al lado del parque de Chapultepec, el creador, el activista Jesús Robles Maloof, y la antropóloga y documentalista Montserrat Algarabel dieron un pequeño coloquio. Ante un auditorio semilleno analizaron el corto, la situación, explicaron el vínculo que se crea con los valientes que se atrevieron a dar la cara a cámara y contar su caso, críticas a la Administración. «Es un pequeño pero potente ejemplo que puede servir para involucrar a la gente», aseguró Algarabel. «Nosotros sí que movemos México».

Muy acorde con el espíritu del documental, la frase de la antropóloga es otro troleo. Solo que esta vez del lema Mover a México, sobre el que giró el discurso de investidura que dio el presidente Peña Nieto hace ya unos años. Amnistía Internacional denunció este lunes cómo la desaparición forzada es un instrumento de política de Estado que busca intimidar y acallar a la oposición y la protesta pacífica e identifica a México, Siria y Egipto como «tres puntos calientes de un crimen atroz». Hoy sólo dos de cada diez mexicanos aprueban la gestión del mandatario.

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