[pullquote]«Me levanto por la mañana debatiéndome entre un deseo de mejorar el mundo y un deseo de disfrutar del mundo. Esto hace que sea difícil planificar el día». E. B. WHITE[/pullquote]
Septiembre es un mes de contrastes. Es el del fin del verano y el comienzo del otoño, a su vez, la estación del ocaso, pero también del inicio de curso y de la nueva temporada.
Y aunque viene siendo así desde hace mucho, en los dos últimos años la cosa ha cambiado en algunos aspectos. Porque ahora los plazos se han acortado.
La temporada no se contabiliza en meses, más bien en días, incluso en horas. Lo pasamos tan mal con la pandemia que planificar a medio o largo plazo nos aturulla: preferimos pensar en el aquí y, sobre todo, en el AHORA. Ya no nos proponemos salir de nuestra zona de confort. Al contrario: hemos hecho de ella nuestro barco de Chanquete particular.
Una filosofía no exenta de algunos contras. Porque ese acortamiento de miras nos puede hacer menos sostenibles. Y dicen que menos felices, más hedonistas, menos exigentes con nosotros mismos… Aunque seguro que también tiene su parte buena. Será cuestión de buscarla.
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