Su red de contactos se extiende por todo el planeta. Ningún gobierno sabe nada pero los mejores científicos del mundo les facilitan la labor a la hora de obtener ADN de los cuerpos de los extraterrestres cuyas naves llegan de forma accidental a la Tierra. Gracias a ellos, Aliens4sale ofrece lo que ningún laboratorio ha podido hasta la fecha: alienígenas clonados.
“Hasta aquí la historia que hemos inventado y es de la que bebe nuestra web”. No es el único fruto de la imaginación de Ariadna y Boris. Los currículos de los dos creadores de Aliens4sales también han salido de allí. La física y bióloga molecular es, en realidad, licenciada en Filosofía y Publicidad y Relaciones Públicas, mientras que el supuesto astrofísico, matemático y fotógrafo, Boris Masramon, solo comparte con el personaje por él ideado la última profesión.
Lo de vender cabezas alienígenas expuestas en una madera, cual trofeo de caza, o cuerpos de embriones extraterrestres en formol surgió por las dotes innatas para la escultura de la primera. “Trozo de plastilina que cae en sus manos, se convierte en una figura en un santiamén. Modela cualquier cosa sin darle importancia alguna, como quien dibuja en un trozo de servilleta de papel mientras habla por teléfono”.
Boris la animó a explotar su don en algo que fascina a los dos, por lo que convencerla no resultó difícil. “Nos apasiona el arte, la ciencia ficción, la escultura hiperrealista de Ron Mueck o Eugenio Merino… Descubrimos que había un vacío enorme entre estos grandes escultores y los muñecos de vinilo de Star Wars (merchandising de películas) que nadie cubría. Y por otro lado, estaban los escultores de todo tipo de criaturas para el cine, que modelaban monstruos que desaparecían en cuanto el rodaje terminaba”. Finalmente se decidieron por los extraterrestres porque “Ariadna necesitaba algo con lo que nunca pudiera quedar limitada creativamente”.
Durante dos años probaron con diversos de materiales, diseños y se las vieron con multitud fabricantes que les advertían de que el resultado que buscaban era imposible. No les hicieron mucho caso y gracias a eso sus aliens de distintos tipos de resina, silicona, polvo de mármol o látex, comenzaron a venderse en la web.
Cuando comprobaron que los pedidos crecían y que sus aliens eran demandados a lo largo y ancho del planeta, se atrevieron con la tienda física. La abrieron hace algo más de un mes. “Desde entonces ha sido todo un caos. Tenemos muchos extraterrestres agotados. No paramos de «clonar» pare reponer el stock mientras ideamos nuevas criaturas”.
Por el establecimiento de Passeig de Sant Joan, 5, en Barcelona, pasan niños que arrastran a sus padres dentro, octogenarios que les felicitan porque, por fin, pueden tener su propio alien en la estantería, adolescentes, diseñadores, amantes de los gadgets… “Mucha gente empieza con un embrión en formol y vuelve a los 4 días para comprar el resto de especímenes. Y lo mismo ocurre con los que vienen a por las cabezas de extraterrestres para colgar en la pared, como si fueran trofeos de caza intergaláctica…”
No saben si lo son aunque tampoco les importa demasiado ser considerados pioneros en eso de democratizar el mundo alienígena y hacer posible que cualquiera pueda tener uno en su casa. Lo que sí tenían claro desde el principio es lo que quieren transmitir a través de Aliens4sale: «Nos gusta el blanco. Queríamos romper con cierta idea de la ciencia ficción como una cosa oscura y tenebrosa. La web y la tienda física respiran blanco por todos lados. Parece un laboratorio o una nave espacial muy luminosa».
¡Gracias por la pista, Sr. Quirce!
