El trabajo y el ocio, ¿las dos caras de una misma moneda?
Hace días asistí a una conferencia en la que un afamado arquitecto exponía una idea muy interesante que invitaba a la audiencia a una profunda reflexión. Afirmaba que el ocio era un invento relativamente nuevo de la humanidad y que había surgido para contrarrestar aquellas actividades obligatorias que no despiertan nuestro interés. El ocio aparecía como la némesis del trabajo,



