Quizá si Lewis Carroll y Dalí hubieran coincidido en el tiempo, habrían podido poner en común sus delirantes visiones del mundo. Cierto es que Carroll vivió en una época, la victoriana, poco dada a excesos y color, pero cuando regaló al mundo su fantástica historia de Alicia en el país de las maravillas, el blanco y negro que regía las vidas de la gente en la Inglaterra de 1865 estalló en mil colores.
En 1969, un siglo después de la publicación de la edición francesa de Alicia, un editor de Random House encarga al pintor catalán, máximo exponente del surrealismo, la realización de una serie de grabados para ilustrar la edición de ese centenario.
Quien quiera que fuera supo ver la conexión entre el «sinsentido» de Carroll, como expresa Enrique Esteban Zepeda, con la locura de Dalí. Aquel libro fue publicado por Maecenas Press-Random House y considerado entonces como uno de los libros del año.
El resultado de aquel encargo son estas 13 ilustraciones (12 heliograbados de acuarela y un aguafuerte) que el de Figueras tardó un año en preparar. Dalí quiso huir de las imágenes miméticas que John Tenniel realizara a petición del propio Carroll en 1864 y que han servido de modelo para otras interpretaciones de los personajes de Alicia en el país de las maravillas, incluida la Alicia de Disney.
Mucho del universo surrealista de Dalí se ve reflejado en las ilustraciones que preparó para la obra de Carroll. Empezando por el propio personaje de Alicia, para el que utiliza una imagen recurrente en su obra pictórica: una niña con los brazos extendidos saltando a la comba, cuya silueta recuerda mucho a la sombra de la campana que Dalí veía desde su colegio en su juventud.
En opinión de Mark Burstein, presidente emérito de la Lewis Carroll Society of North America, y prologuista de la edición conmemorativa del 150 aniversario del libro, publicada por Princeton University Press, son muchos los puntos en común que tienen el autor de Alicia con el surrealismo. Empezando por los métodos creativos. Según expresa Burstein, los surrealistas utilizaban muy a menudo la escritura automática o la técnica del collage.
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Algo parecido a esa escritura automática hizo Carroll para empezar a escribir la historia de Alicia. Cuentan que, mientras paseaba en barca con las hermanas Liddell (Lorina, Alice y Edith) por el Támesis, el autor fue improvisando el relato de viva voz. La historia gustó tanto a las niñas que, al terminar el paseo, Alice le pidió que la escribiera en papel.
En cuanto al collage, el propio Carroll inventó el término portmanteau, o lo que es lo mismo, un juego estilístico de combinación de palabras.
Dalí también participó de esos métodos creativos surrealistas, si bien impuso su propio sello. Pero parece más clara esa relación onírica y fantástica si relacionamos el mundo descrito por Carroll en su obra con las ilustraciones que el pintor realizó sobre ella.
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Además de conexiones con el surrealismo, las matemáticas están también presentes en esa extraña relación entre Dalí y Carroll. El pintor de Figueras siempre mostró gran interés por esta materia, tal y como recuerda el matemático estadounidense Thomas Banchoff, quien tuvo ocasión de colaborar con el genio catalán en más de una ocasión. Así lo cuenta él mismo en el prólogo de la edición del 150º centenario.
Charles Dogson, auténtico nombre de Lewis Carroll, fue también un afamado matemático. Dalí, cuenta Banchoff, siempre se mostró interesado en esta ciencia y en especial por la proporción áurea, algo sobre lo que no dejó de investigar en un gran número de sus obras.
De aquellos grabados de Dalí, uno por cada capítulo del libro y otro para la portada, todos y cada uno de ellos firmados por el pintor catalán, apenas circularon unas pocas copias. Ha habido que esperar hasta la celebración del 150º aniversario de la publicación de la obra de Lewis Carroll para que la editorial Princeton University Press los reeditara. ¿Hubiera encargado Carroll a Tenniel las ilustraciones para su libro, si hubiera conocido a Salvador Dalí? Siempre nos quedará esa duda.
Para MARIÁNGELES GARCÍA y su artículo CUANDO DALÍ REINVENTÓ A ALICIA. Falta la litografía principal, titulada Alicia en el país de las maravillas, que la tienes en el catálogo de Taschen, de la que yo tengo una firmada y numerada. En el caso de que quieras verla te puedo mandar una foto. Mi e-mail está en los datos obligatorios para poner este comentario.
Hola, Carlos. Lamentablemente no estamos autorizados a reproducirla por derechos de autor. Sólo las que aparecen en el artículo y de la manera en que aparecen, que son las que han incluido en el libro. Me encantaría verla, sí. Puedes enviármela al correo electrónico de contacto de la revista. Muchas gracias.
Gracias por citar mi artículo de 2013. Pocos lo hacen.
Ahí debe aparecer el maravilloso grabado que Carlos Martínez Requena dice que hace falta. Por desgracia no viene a color.