Lo del genoma humano me tiene preocupado. Preocupadillo. Ahora va a resultar que Bud Spencer y Elsa Pataki sólo se diferencian en un 0,01%. O por hacerlo aún más gráfico, son idénticos genéticamente al 99,99%. Clavaditos, vamos. Como dos gotas, aunque una sea de gotelé y otra de VICHY.
Pues es cierto, resulta que ese 0,01% de diferenciación es el terreno de juego en que las marcas se juegan su existencia. Parece un poco prieto ¿no?
Y digo yo (más bien en broma), si entre 2 estructuras tan complejas y extraordinarias como el cuerpo humano, sólo media un 0,01% ¿Qué media entre un regaliz de MIGUELAÑEZ y uno de FIESTA? ¿Qué media entre un litro de FONTVELLA y uno de AQUABONA?
Sigo, porque tiene miga. Si la programación y las necesidades de un organismo como el de Bud Spencer necesitan más menos lo del de Elsa Pataki, ¿no deberían usar ambos laca? ¿o necesitar comer la misma cantidad de DONUTS por hora?
Pues sólo hay 2 respuestas posibles. La A: que indique que quizás estemos ante un nuevo paradigma de la ciencia. O la B: que mi planteamiento falle en algún punto (ya me extrañaría).
Sea como fuere, podría parecer que a quienes trabajamos en crear marcas nos queda poco o nulo margen de acción. Porque en ese 0,01% tienen que caber las n decisiones que a lo largo de su vida han tomado el Bueno de Bud y la Bella Elsa, hasta convertirse en antónimos. Y quizás, sólo quizás, una de entre esos millones de micro decisiones sea la de elegir nuestro producto. No parece fácil.
¿Qué convence entonces a las personas para que muevan ese 0,01% para preferir PEPSI? ¿Qué nano-resorte tenemos que tocar para convencerle de hacerse socio de SANITAS? ¿O leer EL MUNDO? ¿O calzarse unos CAMPER?
La buena noticia, que la hay, es que por suerte nosotros trabajamos en el mundo de las sensaciones, las ideas, los conceptos, los intangibles, la magia, los impulsos, la responsabilidad, la inteligencia, las preferencias, el compromiso, la voluntad de agradar, la música, los recuerdos, el servicio…
Y de eso pocos porcentajes he encontrado, porque en todo eso más que ciencia hay esencia… Toma Genoma.
Estimado Enrique, lo que diferencia en comunicacion, el uso de un personaje u otro, no es otra cosa que las distintas percepciones que el consumidor tiene de ellos. Da igual el gen, el consumidor manda, como sabes, escuchemosle entonces.
Hoy Elsa Pataki sigue teniendo mas de un punto de diferencia, para todas las variables, entre hombres y mujeres. Lo que señala un principio de distanciamiento o rechazo en este target concreto (femenino). A pesar de ello muchas marcas siguen empeñandose en que es la embajardora perfecta para trasladar valores y percepciones a mujeres (que si es de su entorno de edad, pero aun) que van a comprar los producto que publicita. Todo lo contrario.
Para convencer en calzarte unos Camper o beber una Pepsi, necesitas personajes cuyo merito profesional y carrera sean reconocidos por el target al que quieras dirigirte y que el personaje sea lo mas afin posible a tus necesidades, razon por la cual el «Gen Pataki» se aleja de ese exito y aspiracionalidad, debido a que su conocimiento se ha basado en el mundo del corazon, razones que el consumidor no la reconoce. Para saber cuales son estos personajes lo mejor es basarse en herramientas que ayudan a optimizar estas campañas. Que existen.
De Bud Spencer no puedo hablarte hasta que terminemos el campo de esta semana y tenga al menos 600 consultas y poder hacer un razonamiento «real» sobre el personaje.
Solo despues de esto, sin duda estan vuestros intangibles, la magia, los impulsos, la responsabilidad, la inteligencia, que dan exito a los proyectos. O la publicidad no existiria!
Un saludo y espero poder verte pronto.
Santi
santiago.mollinedo@personalitymedia.es
¿Yo también soy como Elsa Pataki? Al menos, me veo así…
Igualito=)
¿Eso no es una patología?
genial!, incluyeme entre esos 600 consultados… me encantará… hablar sobre el bueno de Bud…uno de mis grandes idolos…