Ulises Mendicutty, un director de arte mexicano residente en Barcelona, sabe que eso de la artesanía es «una cosa de gringos». «Los artesanos de mi país, a la hora de trabajar, siempre ponen todo de su parte, pero luego la gente allí no las compra a no ser que sean turistas», se lamenta. Él, que trabajó con fabricantes de objetos en Guadalajara, sabe que lo que realizan son buenas obras, pero se preguntaba cómo hacer «para que el público estuviera interesado en esa producción», la que no adquirían porque siempre habían visto.
«¿Modernizar el proceso?», se planteó, pero sentía que eso sería «una traición a la tradición». Tenía una mejor idea: si de esos objetos, los tradicionales, se mantuviera su producción y sus elementos más llamativos, sería cuestión «de darles un toque» para que volvieran a levantar pasiones. A su vena artística le inyectó su formación en comunicación y de ahí brotó una idea para conseguir el objetivo: nacía Itzmin.
El resultado de todo ese planteamiento, en su tercera edición, se podrá ver expuesto en el espacio artístico Miscelanea (Barcelona) del 31 de Octubre al 2 de Noviembre. Después habrá otra segunda muestra en la ciudad en Warlus Hub (del 7 al 19 de Noviembre). «Se trata de un proyecto en el que artistas, diseñadores y creativos interactúan de manera plástica con obras de artesanos mexicanos», explica la idea Mendicutty. «El fin es generar un nuevo tipo de producto en una plataforma en la que los creativos utilizan la artesanía como lienzo».
(* Las imágenes de esqueletos completos que se muestran en este artículo son algunas de las que se podrán ver en las muestras de Barcelona).
Todo el plan comenzó en 2012. Estando en México, Ulises adquirió 28 calaveras tradicionales de artesanos de Guerrero. Su primera idea fue utilizar esos cráneos de barro como soporte para darles él mismo «un toque» atractivo. Luego pensó: «hay gente joven, diseñadores, artistas, creativos… que están haciendo cosas muy buenas. ¿Qué tal si cada uno hiciera su propia versión de la calavera?».
Contactó con 28 de sus favoritos estando en DF, les convenció de su plan, le dio un molde a cada uno y volvió a recogerlos. Cargó los 28 cocos en la maleta y se los llevó a Barcelona. Allí montó el equipo de Itzmin (formado por su novia, su hermano y un par de amigos) para empezar a dar a conocer el renovado producto que traían. En sus nuevos trajes, las huesudas cabezas habían despertado un interés que las paseó por diferentes muestras de la ciudad condal y hasta posaron en galería durante las Fiestas de Gracia.
La segunda vez cambió de artesanos para ampliar el espectro; en este caso eligió 40 cabezas cerámicas de Morelos. Para esta ocasión, en la que expondrían en México, fueron patrocinados y más de 200 postulantes se pusieron en contacto con ellos para poder intervenir alguno de las 40 molleras.
La muestra que tienen ahora es la tercera. «En esta elegimos visitar a los artesanos de Arrazola (Oaxaca)», habla de lo que podrá disfrutar en los próximos días el público en Barcelona. «Esta vez, en vez de calaveras, son esqueletos enteros. Nos los propuso la familia Jiménez, que precisamente es la fundadora de la tradición de los alebrijes* en México. Y por otra parte, esta vez sí le quise tirar a la gente que más admiro», explica el ideólogo el proceso de selección de artistas para esta entrega. «Dije: ¿por qué no tocar a sus puertas? Si se lo digo a Sergio Mora, ¿por qué no?; y si se lo digo a Ricardo Cavolo, ¿por qué no?; ¿y a Gino Rubert?; ¿y a Amaia Arrazola?; ¿y a Julia Solans?…», comienza a enumerar su lista de pintadores de muertos.
Para las jornadas en Miscelánea, además Itzmin tiene preparado un taller de autorretrato calavérico con motivo de la celebración del Día de Muertos (día 2 a las 18:00). «Los asistentes podrán realizar un autorretrato a tamaño real en esqueleto y con la más pura estética mexicana; la participación es gratis pero hay que hacer una reserva al mail info@miscelanea.info», informa el organizador.
«La artesanía es lo que puede mostrar algo bueno, algo de luz, en medio de la nube negra que cubre mi país para la gente que nos ve desde el extranjero», cuenta Mendicutty el motivo por el que quiere revitalizar estas tradiciones, aunque no esté sacando un solo euro de todo ello. «México es creatividad, arte, colores, cultura… eso es lo bonito que tenemos. Yo, que vivo fuera y tengo los medios para hacerlo, pensé qué podría hacer por mi país y me respondí: mostrar todo lo bonito que tenemos, volver a hacer de México buenas palabras».
*(En México los alebrijes son unas extendidas esculturas artesanales hechas en diversos tipos de material que representan monstruos de toda clase de formas. El difunto padre de Isaías Jiménez, el padre del contacto de Mendicutty, fue el primero que comenzó a hacerlos. Representaban figuras que él había soñado)