A finales de los 80, un grupo de profesionales sanitarios llegaron al recién estrenado centro de salud Vicente Soldevilla, en el madrileño barrio de Vallecas, para revolucionar la forma de hacer medicina y atención primaria, más humana, más próxima a la realidad de la población. Quizás todos lo sabían entonces, pero al llegar se encontraron con un barrio y un vecindario que llevaba décadas haciendo su propia revolución desde las calles para exigir el cambio en sus condiciones de vida.
De aquel encuentro de revoluciones, surgió una de las experiencias más inspiradoras en medicina comunitaria que ha tenido lugar en España y que supuso pasar de un enfoque asistencialista de la salud a otro mucho más global, teniendo en cuenta la comunidad, las condiciones de vida de las personas y su capacidad para promover la mejora de la salud colectiva.
Ahora, muchas de las personas que participaron en aquella experiencia desde sus inicios, profesionales de la sanidad pública, usuarios, miembros de asociaciones vecinales, coordinados por el cineasta Antonio Girón, acaban de lanzar una campaña de crowfunding para realizar un documental que recoja la historia y los testimonios de esa experiencia única.
En tiempos en los que el sistema de mercado insiste en lanzar invitaciones hacia el individualismo más feroz, el documental Los cuidados aspira a convertirse en una herramienta para promover el cuidado de lo común y lo colectivo en la faceta más imprescindible para la vida: nuestra salud.
En 1986, al calor de una recién estrenada Ley de Sanidad, comienzan a surgir en el país centros de salud que compartían la filosofía de acercar la atención primaria a la población. Eran buenos tiempos; las directrices hacia una medicina más comunitaria llegaban de la propia Organización Mundial de la Salud y en España parecía existir el respaldo institucional para empezar a experimentar el cambio.
«El grupo que acabábamos de llegar al Vicente Soldevilla lo vivimos como algo creativo e imaginativo; podíamos seguir con el mismo planteamiento de atender la enfermedad o podíamos replantearnos cómo se podía hacer de una forma distinta. Eso fue lo que nos unió y lo que hizo retroalimentar nuestra energía», explica Juan Luis Ruiz-Giménez, médico internista, de familia y comunitario que desde aquellos días participó activamente en la construcción del sistema público universal con enfoque de salud comunitaria.
Y creatividad no les faltó. Al abrir la consulta a la población del barrio, el problema que los vecinos ponían sobre la mesa no era el de la gripe, la diabetes o la hipertensión, sino la infravivienda. Aunque años antes se había iniciado el derribo y realojo de viviendas en la zona, mucha de la población de Vallecas seguía viviendo en chabolas que no cumplían las condiciones mínimas de salubridad.
[pullquote ]Cuando la población se dio cuenta de que también estábamos ahí para apoyarles, venían a la consulta ya no solo para hablar de sus dolencias, sino para exponer los problemas que tenían como colectivo y a aportar soluciones[/pullquote]
«Empezamos a reunirnos con las asociaciones de vecinos y en el centro de salud nos pusimos a pensar qué podíamos hacer desde la atención sanitaria para apoyar el cambio en las condiciones de vida de los vecinos», explica Ruiz-Jimenez. «Empezamos a ir a las casas en peores condiciones y a hacer encuestas de salud para después comprarla con la encuesta que previamente se había hecho a nivel nacional. Los resultados mostraban que eran poblaciones mucho más enfermas, que aunque era algo que parecía evidente hasta ese momento nadie lo había registrado», añade.
A partir de la investigación comunitaria sobre los determinantes en salud que afectaban a los vecinos del barrio, desde el centro elaboraron un informe con un lenguaje técnico para demostrar que la infravivienda influía claramente en el estado de salud de la población. Las asociaciones de vecinos utilizaron ese informe, se lo presentaron a los medios y a las administraciones, todo lo cual favoreció la lucha por conseguir un plan de remodelación en el barrio.
Aquella investigación también tuvo su reflejo audiovisual en el documental Vivir en San Diego, que recoge los testimonios de las vecinas del barrio explicando sus condiciones de vida y del trabajo que nacía en el centro de salud Vicente Soldevilla.
«La forma de aprender a dar respuesta a todas esas demandas de la ciudadanía fue un proceso de aprendizaje mutuo», explica a Yorokobu Mª José Garcia Berral, enfermera familiar y comunitaria del equipo original del Soldevilla y muestra clara de una profesional integral e integrada en la comunidad. «Cuando la población se dio cuenta de que también estábamos ahí para apoyarles, venían a la consulta ya no solo para hablar de sus dolencias, sino para exponer los problemas que tenían como colectivo y a aportar soluciones. A partir de ahí se empezaron a crear órganos de participación y empezamos a hacer montones de cosas interesantes que no han parado en más de 30 años de historia del centro», apunta García.
El documental Los cuidados recoge una amalgama de historias y experiencias que, desde el Soldevilla, marcaron un antes y un después en la atención primaria en España. «En aquellos años, desde Pediatría empezamos a observar que los niños más pequeños tenían una gran cantidad de caries», cuenta García. «Junto con una asociación de padres y madres de una escuela del barrio planteamos hacer un estudio en la escuela del estado bucodental de los niños de entre 6 y 12 años.
Dos años antes había salido un estudio similar a escala nacional y cuando lo comparamos con el nuestro, comprobamos que el estado era escandalosamente peor entre los niños de los barrios de Vallecas. Con ese estudio las AMPAS se organizaron y los primeros Odontopediatras que se contrataron en el Estado español fueron para Vallecas».
[pullquote ]Al abrir la consulta a la población del barrio, el problema que los vecinos ponían sobre la mesa no era el de la gripe, la diabetes o la hipertensión, sino la infravivienda[/pullquote]
«Así fuimos creando una conciencia colectiva de lo común, del barrio, de la necesidad de que había que cuidarse, ayudarse mutuamente y nosotros, desde el centro de salud también fuimos aprendiendo esa dinámica que ya existía en Vallecas», explica Ruiz-Jimenez, que opina que es imprescindible seguir trabajando para reivindicar un enfoque sanitario que sitúa en el centro a las personas y no el beneficio económico.
«Desde el sistema, interesa que sintamos más la necesidad a nivel individual y que la solución a los problemas esté en las pruebas, en los medicamentos, es decir, que se me ofrezca una solución para cada persona que a la vez enriquezca al mercado y a las grandes empresas farmacéuticas», añade.
«Ahora mismo la inversión de presupuestos en atención primaria está por debajo del 12% —en Madrid, incluso más bajo— mientras que la mayoría de la inversión del sistema sanitario se va, por un lado, a la atención hospitalaria y tecnológica y por otro, a la farmacia».
Además del documental, con la campaña de crowfunding de Los cuidados quieren financiar materiales, talleres y charlas para difundir entre el sector sanitario y la ciudadanía, las experiencias, aprendizajes y avances que se gestaron desde el Soldevilla y desde las calles de Vallecas.
«En este momento hay un reto, por eso creemos que es importante contarlo y mostrar cómo ha sido esta trayectoria junto a la ciudadanía para seguir inspirando y dando energía a este enfoque comunitario», puntualiza Ruiz-Jiménez. Madres y padres, abuelas, niños, jóvenes, enfermeros y doctoras, aprendieron juntos que la salud no es únicamente la ausencia de enfermedad.
Hermoso y real.
Toda una experiencia rica de Cuidados en la que todas crecimos y nos hicimos mejores
Muy bien contada Natalia
Gracias enormes
«Yo ya acepto que no me van a curar, pero me costaría aceptar que no me van a cuidar».
Doctor Albert J. Jovell
Ojalá podamos hacernos eco de esta iniciativa en la próxima edición del Foro Jovell.
Un abrazo, Natalia.
Emociona saber de primera mano que en algun momento la Sanidad de nuestro país quiso crecer para el bien común. Tratar de generalizar esa forma de trabajar junto a los vecinos y trasladarlo a nivel nacional seria un objetivo a conseguir.
Gracias a ti por dedicarme el tiempo para contarme, tan bien, esa experiencia maravillosa que habéis hecho posible con vuestro trabajo. Millones de gracias por todo
Esther! Ojalá esté listo el documental para entonces, sería maravilloso que lo pudieséis compartir. Te mando un abrazo enorme
Lo emocionante es que, a pesar de un sistema que va en la dirección opuesta, haya tantos profesionales comprometidos con que la sanidad siga estando del lado de la comunidad y los cuidados. Un abrazo Pilar