«Nací y crecí en New Jersey. Cuando sucedieron los atentados del 11-S, yo tenía nueve años. Esto marcó nuestra experiencia de joven familia musulmana en los EEUU». A partir de ese día todo cambió para Amani Al-Khatahtbeh. La joven que en esa época no llevaba velo dejó de decir en el recreo que era musulmana; «decía que venía del Mediterráneo». Y se enfrentó a una ola de xenofobia que le hizo replantearse su identidad. Hoy las cosas han cambiado radicalmente para ella pese a vivir en los Estados Unidos de Trump. En la actualidad, esta bloguera de 24 años lidera Muslim Girl, un proyecto que fundó en 2009 para hablar sobre cuestiones relacionadas con las jóvenes mujeres musulmanas de manera totalmente desprejuiciada. «Muslim Girl da voz a la mujer musulmana en una infinidad de asuntos, desde la moda hasta la cultura pop, las noticias o la política», explica su fundadora.

En sus ocho años de andadura, este blog ha publicado historias muy diferentes de todo lo que se puede leer en la prensa tradicional: desde un reportaje sobre imanes gais hasta información sobre cómo lidiar con la regla si eres una mujer musulmana o sobre racismo. Su visión se ha destacado por abordar asuntos considerados tabú en la comunidad musulmana y por esta razón ha conseguido fidelizar a millares de seguidores. Tiene unos 121.000 en Facebook y 18.700 en Twitter. Entre sus lectores hay varios perfiles de mujeres musulmanas, pero sorprendentemente también de personas de otras culturas o religiones, como familias hinduistas de la India.
Para The New York Times Al-Khatahtbeh es un «titán» de las redes sociales. Recientemente la revista Forbes la incluyó en su lista de jóvenes influyentes, la famosa 30 Under 30. Colabora con la CNN, Al Jazeera, BBC, The Guardian y Teen Vogue. Su blog empezó como un proyecto independiente, basado en el trabajo voluntario de unas cuantas amigas. Hoy, sin embargo, ya recibe inversiones significativas de marcas y empresas que acuden a ella para conectar con su audiencia.
«Lancé Muslim Girl cuando tenía 17 años, con un dominio de nueve dólares. Mi amiga me ofreció el hosting gratuito en su página. Lo hemos levantado gracias al trabajo voluntario y al apoyo de las redes sociales», cuenta. Ahora su plataforma se ha convertido en una pequeña empresa y ha conseguido una primera ronda de financiación. «¡Por fin puedo pagar a mis colaboradoras por su trabajo! Porque hasta ahora lo han hecho por amor al arte», destaca Al-Khatahtbeh con orgullo.

El año pasado publicó el libro Muslim Girl: a coming of age, en el que relata las dificultades de ser musulmana en un país cada vez más receloso con esta cultura y religión. «Cuando tenía 13 años, nos mudamos durante un tiempo al país de mis padres, Jordania. En teoría fue un viaje para conocer mejor a nuestra familia y nuestra cultura. Solo cuando empecé a escribir mi libro, tras hacer una entrevista a mis padres, descubrí que nos marchamos debido a la islamofobia que habían padecido», revela la autora.
Esta mujer resalta la importancia de hablar de la generación del 11 de septiembre, aquellos jóvenes musulmanes que, tras los atentados terroristas de Nueva York, pasaron a sufrir una discriminación hasta aquel momento desconocida. Al-Khatahtbeh asegura que el clima en los EEUU en la actualidad es muy tenso y que el día a día de una mujer musulmana no es fácil.
«Puedes sufrir un ataque motivado por el odio solo por haber salido de casa. Pero hay que decir que las cosas han mejorado gracias al trabajo de la increíble hermandad de las Mujeres Musulmanas Americanas, que están llevando a cabo un cambio enorme para nuestra generación. Desde la lucha por los derechos civiles de Linda Sarsour hasta la reivindicación de Bilqis Abdul-Qadir para que la Federación Internacional de Baloncesto revoque la prohibición de usar el velo islámico; diría que estamos en buenas manos», asegura.
Esta bloguera cree que EEUU vive el momento con más islamofobia de su historia. «El 11-S inició una nueva era en la que los musulmanes se convirtieron en chivos expiatorios», afirma. «Los que éramos niños cuando el 11-S ocurrió hemos vivido nuestros años formativos bajo el peso de la islamofobia moderna. Nos robaron la oportunidad de cultivar nuestras identidades independientemente de la influencia del sensacionalismo y del estigma antimusulmán. Creo que eso ha tenido un impacto tremendo en nuestra generación de jóvenes musulmanes en Occidente», añade.
Al-Khatahtbeh destaca que la situación en la era Trump ha empeorado sensiblemente. «Él ha hecho que sea aceptable odiarnos abiertamente. Los crímenes motivados por el odio contra los musulmanes han aumentado durante las elecciones. Las organizaciones que defienden los derechos sociales han comprobado que los niveles de islamofobia han alcanzado su punto máximo desde el periodo inmediatamente posterior al 11-S», señala.

Su influencia no se limita a escribir artículos. Cansada de ver cómo las búsquedas en Google para Muslim Women solo arrojaban fotos de mujeres con niqab, colaboró con el banco de imágenes Getty para crear una serie de fotografías que diesen otra visión de este colectivo heterogéneo.


A finales de abril, Al-Khatahtbeh participó en el evento IAM, un encuentro internacional que se ha desarrollado en Barcelona. El objetivo de este evento era conectar durante un fin de semana proyectos, instituciones, marcas y la escena creativa que están marcando el futuro de los medios de comunicación, la educación y la cultura de internet.
«Este evento representa una oportunidad única de entrar en contactos con brillantes visionarios digitales procedentes de varios lugares del mundo. Algunos no son conocidos, pero su trabajo puede resultar familiar a muchas personas. Para mí ha sido importante porque muestra la presencia de voces infrarrepresentadas como la mía. También es una demostración de cómo usamos los medios digitales para distintos fines», señala esta comunicadora, que durante este foro habló de cómo sobrevivir en los nuevos entornos digitales creando productos viables.
No es que no lo respete pero ser musulmana o cristiana no es ser nada moderno. Aparte de la estética urbanita hay unas creencias y tienden mucho a ser conservadoras. También está la opción de no ser musulmana aunque una venga de Irán o de Jordania igual que por ser español hace falta hacer bandera de catolicismo.
Que cada uno practique la religión o culto que quiera, pero sin fundamentalismos, por favor!!!!
Yo creo en la naturaleza, Panteísta!!! Para mi , la mejor religión