Pepe Colubi, un jacarandoso en Vans

Del mismo modo que Pepe Colubi fue a Londres y no vio el Big Ben, simplemente porque no pasรณ por ahรญ, este asturiano melรณmano hace humor de soslayo.

entrevista a pepe colubi

El cรณmico Jerry Seinfeld cuenta en su monรณlogo Te lo digo por รบltima vez que hay un estudio que dice que hablar en pรบblico da mรกs miedo que la muerte. Una conclusiรณn que le parece tan absurda como el casco que se ponen los paracaidistas. Estudio con el que, sin embargo, es probable que comulgue Ignatius Farray.

El monologuista canario reconoce ponerse muy nervioso antes de subir a un escenario, por eso, al hacerlo, su espectรกculo es el de un meteorito colisionando con la Tierra. 

Un aviรณn, un hospital, un tanatorio son lugares tan adecuados como un teatro para hacer humor y reรญrse. Relajarse, porque la risa es un calmante que disfrutan todos aquellos que se desprenden de sus miserias.

Colectivos varios, como los veganos y animalistas, por poner un par de ejemplos, se ofenden rรกpido y por poca cosa. Entienden que con sus causas no se pueden hacer chistes, como si no se hubiera hecho antes comedia con el holocausto, el racismo, el terrorismo, el machismo y la violencia machista. Es una cuestiรณn de perspectiva y humildad. 

Los cรณmicos son mรกs honestos que pacientes. No conciben que tiene que pasar cierto tiempo para poder hacer un chiste sobre lo que sea. La clave es que el chiste sea bueno. A la comedia le pasa como a los animales, no saben los que son las fronteras, los lรญmites. Sin cruzarlos, ni hay gracia ni alimento.

Conseguirlo tiene sus riesgos. Igual que las conversaciones de ascensor y a pie de tobogรกn aburren, hay cรณmicos que optan por ir un poco mรกs allรก de la tibieza. Es mรกs sencillo condenarlos por hacerlo que agradecรฉrselo por asumir unas consecuencias que no deberรญa haber. Independientemente de que nos guste o no el chiste que han hecho, su libertad de poder hacer humor con lo que quieran tambiรฉn es la nuestra.

La comedia es mucho mรกs que jijรญ y jajรก. La comedia es sanadora, la comedia es salud, la comedia es una risa, una carcajada compartida. La comedia es una voz que dice que tรบ no me puedes ofender, que ya no puedes herirme, aunque quieras. La comedia es el principio de algo, un primer paso que nos aleja de la oscuridad. La comedia es un tercer grado penitenciario. 

entrevista a pepe colubi

Pepe Colubi dice que el drama lo traemos puesto, pero la risa es un mecanismo de defensa ante la adversidad. Un bien ganancial que tenemos que practicar y mejorar si queremos llegar a viejos con menos amargura de la que serรญa razonable.

En su libro Dispersiรณn escribe que el segundo peor dรญa de su vida fue cuando muriรณ su madre. El peor dรญa han sido todos los demรกs desde entonces. Su duelo es el de un hijo con actitud de payaso. El dรญa de su velatorio, confabulado con sus hermanas, Pepe Colubi colocรณ encima del fรฉretro en el que descansaba el cuerpo de su madre una chapa del personaje de animaciรณn Enjuto Mojamuto.

Su madre era una incondicional y fiel seguidora de Muchachada Nui, programa que se empezรณ a emitir cuando la mujer tenรญa 80 aรฑos. Siempre, despuรฉs de cada emisiรณn, Colubi y ella hablaban por telรฉfono y lo comentaban. Aquella chapa desconcertรณ a los familiares y fue una manera de reรญrse con su madre de la situaciรณn que se estaba creando. 

Esa improvisaciรณn, sumada a la dispersiรณn y perturbaciรณn, resultan lo que hoy es Pepe Colubi. Un disfrutรณn de 50 aรฑos que calza las californianas Vans, un erudito de la vida nocturna a ritmo de reggae. Frecuenta bares y conciertos como un lobo solitario. Huye de los convoyes de amigos. Lo suyo es la interacciรณn individual con un espectรกculo comunitario como lo es la actuaciรณn de una banda de mรบsica y los festivales.

Dice que son manรญas de un viejo sociable al que le gusta disfrutar de la farra en soledad. Confiesa que la gente, a veces, le molesta. Ese punto de misantropรญa no es lo รบnico que comparte con Javier Marรญas y Arturo Pรฉrez Reverte. Colubi hace reรญr empleando un lenguaje novelesco que recuerda a las historias del capitรกn Alatriste. Su humor lo construye con el uso de cultismos y neologismos, no aceptados por la RAE, con los que narra sucesos que provocan un gesto que se queda a medio camino entre la arcada y la risa. La arcarrisa. 

Chorromoco 91 es el tรญtulo de su anterior novela y una palabra que se le ocurriรณ a Federico Corriente, el traductor del escritor escocรฉs Irvine Welsh. Colubi recuerda haberla leรญdo en el libro de Porno. Chorromoco es un engendro lรฉxico hรญbrido que junta los conceptos de eyecciรณn y viscosidad en una sola palabra.

Dice que le parece pura artesanรญa y se pregunta que, si existe la palabra carricoche, por quรฉ no puede existir chorromoco. ร‰l mismo escribiรณ al correo electrรณnico pรบblico de la RAE pidiendo que la aceptaran. Algo que no le ha hecho falta hacer con vivaracho y jacarandoso, adjetivos sonoros y silรกbicos que remiten a otro tiempo, a cuando Marรญas y Reverte se batรญan en duelo a primera hora del alba. 

En Dispersiรณn hay un pasaje en el que Pipi, el alter ego de Pepe, describe una escena de una pelรญcula porno usando ese lenguaje florido y anacrรณnico. Dice que lo hace porque considera que, al usar una herramienta tan elevada para algo tan chabacano, se crea un conflicto que favorece a la acciรณn. Un recurso que tambiรฉn emplea en el programa de Ilustres ignorantes a la hora de responder y contar anรฉcdotas en torno a una mesa en la que todos los invitados esperan su ocurrencia tan soez y divertida como reflexiva.

Quizรก no sea una cosa tan obvia para reรญrse, pero de pronto puede tener una doble lectura o un desarrollo muy concienzudo que remata en un absurdo. Como en su cabeza sus razonamientos le suenan fenomenal, los suelta sin contemplar la posibilidad de que la reacciรณn del pรบblico sea el silencio. Cuando eso sucede, cuando un matojo de pelรญcula del oeste pasa botando delante de รฉl, salen a su rescate Coronas y Cansado.

Estos dos vigilantes de la playa de Colubi no estaban para salvarle aquella vez en la que Gemma Nierga, mientras le entrevistaba en la emisora de la Cadena SER a colaciรณn de su libro La tele que me pario, le insistiรณ, por favor, que contara el chiste del abuelo de Heidi y de Clara. A pesar de no querer hacerlo, de hacerle gestos y aspavientos de negaciรณn a Gemma Nierga y Boris Izaguirre, que tambiรฉn estaba presente, se vio obligado a contarlo. Tras el paso del matojo tรญpico del wรฉstern, la periodista catalana le fichรณ como colaborador para hacer una secciรณn sobre anuncios de televisiรณn. 

[pullquote]Colubi construye con el uso de cultismos y neologismos, no aceptados por la RAE, con los que narra sucesos que provocan un gesto que se queda a medio camino entre la arcada y la risa. La arcarrisa. [/pullquote]

Pepe Colubi fue crรญtico de televisiรณn antes que humorista. Oficio que considera que empezรณ a realizar a los 40 aรฑos, cuando comenzรณ con Ilustres junto a Javier Coronas y Javier Cansado. Durante toda su carrera profesional, empalmando un contrato con otro, como autรณnomo, siempre ha escrito introduciendo elementos cรณmicos irรณnicos y sarcรกsticos, independientemente de lo que estuviera escribiendo. Su mantra es no tomar todo demasiado en serio; piensa que si se hace se convierte en una cosa mรกs acartonada. 

A la ironรญa y al sarcasmo hay que sumarles la escatologรญa. Un campo que trabaja con la misma abnegaciรณn que Berto Romero. Sabe optimizar los pocos recursos que hay para hacer este tipo de humor. Ni en el cuerpo humano hay tantos orificios ni en el diccionario hay tantas palabras para referirse al semen, si lo comparamos con la cantidad de vocabulario que manejan los esquimales para decir blanco.

Sรญ, Colubi reconoce que hay pocas piezas para armar un puzle. Hay poco con lo que jugar. Por eso cree que todo se adereza con un cruce de elementos y con el juego de las secreciones.

Las variaciones con repeticiรณn son infinitas. Y, sobre todo, tiene que ser autolesivo. Reรญrte del sexo desde una posiciรณn elevada chirrรญa. Nadie empatiza con eso. Colubi entiende que cuando uno mismo va por delante de la humillaciรณn y el patetismo, se convierte en una especie de ser invencible. Un rabipresto (una palabra que le encanta para describir el estado de excitaciรณn masculina) que siempre piensa que el mejor polvo estรก por venir.

Eso que ocurre entre los orgasmos Colubi dice en Dispersiรณn que es sexo. La duraciรณn, en la cama, es un escollo; en la comedia es clave. 

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Patrick Thomas

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