‘Perversiones sexuales' en el reino animal

16 de septiembre de 2011
16 de septiembre de 2011
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Los humanos nos creemos tan especiales que pensamos que sólo nosotros hemos convertido el sexo en un divertido pasatiempo, mientras el resto de los animales se dedican a la labor con estajanovista dedicación reproductiva. Craso error: a continuación, un libidinoso catálogo de ‘perversiones’ del reino animal, descritas por la sexóloga Pilar Cristóbal en su libro ‘También los jabalíes se besan en la boca’.




Orgías: las liebres de mar
Las liebres de mar (aplasia californica, es su descriptivo nombre latino) son unos animales hermafroditas que montan unas orgías submarinas que no tienen nada que envidiar a las bacanales de la Antigua Roma. Llegado el momento, las liebres de mar “forman una cadena copulatoria en la que la parte femenina de cada uno se acopla con la parte masculina del otro; unos por delante y otros por detrás”, con la participación de hasta 30 individuos y varios días de duración, según describe Pilar Cristóbal.

Zoofilia: delfines
Sobre el papel, la zoofilia parece reservada a los humanos, pero el delfín mular también tiene como afición pasarse por la piedra a individuos de otras especies, como las tortugas. Estos mamíferos acuáticos “insertan en el pene en los tejidos blandos de la parte trasera del caparazón de su víctima (que no suele estar de acuerdo) y copulan hasta expulsar el semen”, relata Cristóbal. Pero hay más: zoofilia + canibalismo: “El pene de estos delfines acaba en un gancho, que a veces utiliza para ensartar a una anguila, copular con ella y luego devorarla”. Animalito.

Masoquismo: los caballos
Ciertos individuos obtienen placer sexual del dolor. Lo más sorprendente es cuando estos individuos tienen cuatro patas, se llaman ‘Relámpago’ o ‘Midnight beauty’ y se ganan la vida corriendo o saltando vallas. Según explica el forense Reverte, fundador del atribulado Museo Reverte: Los caballos, con frecuencia, cuando se ponen al lado de una hembra en celo sólo tienen reacción y la montan si se les fustiga o simplemente oyen el ruido de la fusta. El guía además debe llevar una fusta corta y fuerte, ya que cuando se le aplica al caballo este castigo doloroso u observa que se le va castigar mediante la fusta oyendo su ruido, ello facilita notablemente su orientación hacia la cubrición.”

Homosexualidad: el macaco rabón
Disclaimer: Antes de que nos llenéis la página de comentarios acusándonos de homofóbicos, vaya por delante que no pretendemos encuadrar la homosexualidad como una perversión sino como un comportamiento sexual no reproductivo.
Dicho esto, vamos con el macaco rabón, un mono asiático que, como su propio nombre oculta, tiene la cola corta…aunque saben darle un buen uso, porque los machos la utilizan entre sí como si fuera un pene, en tanto las hembras “llegan al orgasmo montándose unas sobre otras y frotándose entre sí”, explica Pilar Cristóbal.

Incesto: el salmón
Los peces fecundan externamente los huevos que depositan las hembras en el agua, de modo que no existe entre ellos nada tan remotamente íntimo como el sexo. Eso hace más digerible el inevitable incesto que cada temporada tiene lugar entre las camadas de peces de río (hermanos y hermanas), como truchas y salmones, que remontan los caudales desde el mar para desovar en las zonas altas de los ríos.
Los casos citados en este artículo están extraídos del libro ‘También los jabalíes se besan en la boca’ de la sexóloga Pilar Cristóbal, y del profesor Reverte, citado en Lestat.

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