«Hace diez años los ilustradores en México se dedicaban a ilustrar libros, carteles… hoy la escena es distinta. En estos tiempos el ilustrador por fin es considerado artista». Habla Óscar Rodríguez, curador de la exposición Puro Machín, que desde hoy hasta el próximo 24 de agosto estará abierta al público en la galería José María Velasco (Ciudad de México). «Lo que hacían falta eran proyectos como este, en el que la gente pudiera apreciar abiertamente las obras de los creadores de nuestro país».
La iniciativa es en realidad tan solo el brazo ilustracional de lo que lleva haciendo la revista Picnic desde once años. Kenia Nárez, la otra curadora de la galería y directora editorial del medio junto a Rodríguez, cuenta que su publicación lleva más de una década poniendo el ojo en todo el movimiento artístico nacional y extranjero, con especial atención al de dentro. «Lo que nosotros buscamos no es trabajar solo con artistas de élite, sino llevar un equilibrio entre los creadores consolidados y los emergentes. Picnic actúa como un foro en el que se presentan trabajos que se van dando a conocer y los que son de artistas con gran trayectoria».
En esta ocasión, Puro Machín juntará a 30 ilustradores varones de todos los puntos del país para que demuestren en la capital «hacia dónde avanzan sus técnicas y discursos». Según Rodríguez, es imposible hablar de que la escena mexicana se dirija hacia un punto concreto en común, «porque no hay un México, sino muchos», esgrime. «Cada estado de este país es un país distinto, y de la misma manera sus modos de trabajar el arte son diferentes».
Autor, Kamui Gomato
Autores de prestigio y novatos prometedores -cada uno con sus estilos privados- aunarán fuerzas para dar un empujón más a la ilustración en su camino hacia el reconocimiento artístico. A pesar de la «heterogeneidad» y «eclecticismo» de los invitados, el curador sí reconoce que el muralismo, «esa técnica que utilizaron Diego Rivera y los grandes» y que es «trascendental para el país», está volviendo a ser una de las más interesantes para el público.
Según Rodríguez, esto está pasando de la mano de grafiteros que plasman sus trabajos en las fachadas de grandes edificios de la ciudad. «Solo hay que ver ejemplos como el de Saner, que se ha convertido en un icono para la gente y para otros artistas», pone una prueba de la importancia del método. «Los muralistas se han ganado un gran respeto del público en los últimos tiempos. El muralismo está regresando con fuerza a México».
Smithe, Neuzz, Abraham Ponce… La característica común de todos los participantes de la galería es que comparten género. Para Rodríguez, que se disculpa previamente por si esta opinión le parezca a alguien sexista, «realmente existe una diferencia entre la forma de pintar de los chavos y de las chavas».«Por la agresividad de los trabajos, por la paleta de colores que eligen, por la dureza del mensaje…, normalmente es fácil diferenciar entre las pinturas que vienen de un género o de otro. Por eso ahora hemos juntado a 30 ilustradores y en la próxima exposición haremos lo mismo con 30 ilustradoras».
El nombre de la muestra no es aleatorio. Como se realizará en una colonia llamada Morelos, situada justo a lado de Tepito, una de las zonas más bravas de la capital, el título de Puro Machín (como se denomina a los tipos duros en jerga chilanga) se lo pusieron en honor al músculo artístico que México está en posición de demostrar. El curador lo tiene claro: «Son treinta machines que se han dado a la tarea de poner en alto esta disciplina».