Jaime Tatalab detestaba las matemáticas hasta que le tocó inventar unos números. Estos números. Entonces averiguó que esa aversión venía de muy lejos. “He descubierto que ha sido un odio adquirido por la forma en que me las enseñaron”, dice el diseñador.
“Estos números son una tregua que hago con ellas y una reflexión de que todo está en las formas. Podemos aprender cosas complicadas si las descubrimos de forma sencilla y lúdica”. Y en esa vuelta mental al colegio le llegó, incluso, la inspiración. “Me he basado en los juegos de niños y las bolitas sobre raíles”.
Los números que reconcilian con las matemáticas

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