ยฟSabrรญan ustedes seรฑalar exactamente dรณnde se ubica la vagina y la vulva en el cuerpo de una mujer? ยฟDe quรฉ modo entender algo si ni siquiera sabemos designarlo? ยฟCรณmo pueden las niรฑas entonces nombrar lo que les sucede cuando sufren abusos sexuales?
Algunas de estas cuestiones son las que se plantea Mithu M. Sanyal en su libro Vulva. La revelaciรณn del sexo invisible publicado por la editorial Anagrama, un ensayo revolucionario que pretende reconstruir la significaciรณn cultural del genital silenciado.
Baubo y el origen
Sanyal seรฑala en la introducciรณn de este libro el pertinaz esfuerzo que han realizado algunos hombres a lo largo de la historia para invisibilizar al genital femenino. No solo de un modo fรญsico, tambiรฉn lingรผรญstico.
Desde Aristรณteles, que afirmaba que solo el hombre disponรญa de suficiente energรญa para desarrollar partes completas, pasando por Galeno que percibรญa el genital femenino como un genital masculino invertido, hasta Lacan que pensaba que ยซno existe ninguna simbolizaciรณn del sexo de la mujer como talยป.
Muchos de los intelectuales y referentes del pensamiento de todos los tiempos han considerado que el sexo femenino no era otra cosa que la ausencia del mismo.
ยซLa vulva es descrita como agujero, espacio en blanco o nada. En el mejor de los casos, como un pene insuficienteยป, escribe Sanyal.
A partir de aquรญ, de este penoso punto de partida, la autora alemana de origen hindรบ traza una minuciosa historia cultural de Occidente a travรฉs de la representaciรณn del genital femenino en la vida cotidiana, el folclore, la religiรณn, la medicina, la mitologรญa, la literatura y el arte.
Las conclusiones a las que llega son sorprendentemente reveladoras. Por ejemplo, que ยซen la mayor parte de las mitologรญas pueden encontrarse historias en las que la humanidad ha sido salvada al menos una vez por la exhibiciรณn de la vulvaยป.
Todo comenzรณ con Iambe o Baubo, una diosa anatolia que fue adoptada por los griegos y que aparece en el Himno homรฉrico a Demรฉter.
Baubo aparecรญa entonces para salvar a los hombres que estรกn a punto de morir de hambre tras la llegada al inframundo de Persรฉfone, diosa de la agricultura y los cereales.
Llega entonces la ceremonia de la revelaciรณn del genital femenino como parte esencial de los rituales en honor a Demรฉter: ยซDespuรฉs de que Baubo hubiera hablado, alzรณ su peplo y mostrรณ aquello que su cuerpo tenรญa de mรกs obscenoยป. Como resultado, recuperan la cosecha y los malos augurios se diluyen.
Calcuta, el coรฑo del mundo
Sanyal es de origen hindรบ y el anรกlisis que realiza de la representaciรณn de la vulva en la cultura de este paรญs es especialmente esmerada.
Explica, por ejemplo, que en la India los templos estรกn adornados por imรกgenes de diosas desnudas. Del mismo modo que los fieles catรณlicos introducen sus dedos en un cuenco con agua bendita para santiguarse, en estos templos los fieles tocan la vulva de la diosa y con esa supuesta secreciรณn femenina sagrada se protegen.
Y si en el cristianismo adoran a la virginal Marรญa (a cuya vulva, por cierto, dedican una disciplina concreta: la teoginecologรญa), en la India tienen a Kali, una diosa poderosa, impรบdica y carnal. Casi siempre es representada junto a su esposo Shiva.
Ella se sienta sobre รฉl durante el acto sexual y รฉl, relajado y pasivo, le sonrรญe. En su libro India y sus habitantes (1853), Caleb Wright escribiรณ: ยซEsta deidad es la santa patrona declarada de las mรกs horribles transgresiones contra la paz socialยป.
Dicho de otro modo, a Kali le fueron atribuidos orgรญas y sacrificios sangrientos en los que utilizaba su vulva como arma devastadora.
Sanyal apunta que el concepto de colonialismo podรญa entenderse en clave de gรฉnero: ยซOccidente se concebรญa a sรญ mismo masculino, lรณgico y activo al tiempo que imaginaba el Oriente como pasivo, irracional o peligroso y engaรฑoso; en cualquier caso, como una mujer que debรญa ser conquistada y poseรญdaยป.
Y en esta metรกfora tan precisa, Calcuta โcomo puerta de entrada de los ingleses en Indiaโ era, en palabras de la novelista Poppy Z. Brite, ยซel coรฑo del mundoยป.
Aunque ยซcoรฑoยป no era la palabra que empleaban en la cultura hindรบ. Habรญa otra mรกs exacta cuya definiciรณn no era sencilla. Esa palabra era yoni.
Ajit Mookerjee, director del Museo de Arte de Nueva Delhi, explica que ยซel yoni es alabado como lugar sagrado, como un punto de transferencia de fuerzas sutiles, la puerta de entrada a los misterios cรณsmicosยป.
En este sentido, es complicado encontrar una traducciรณn certera en cualquier idioma europeo, pues la palabra yoni acoge al genital femenino y ยซlo valora positivamente con todos los atributos que le fueron arrebatados en Occidente durante siglos de represiรณnยป.
Leyendas de la vulva
Son muchas las leyendas acerca de la vulva que este libro recoge. Una de ellas se ubica en Japรณn, donde dos mujeres son perseguidas por dos diablos. Ellas corren e intentan escapar de esos seres perversos en una barca, pero ellos son mรกs rรกpidos.
Cuando un final terrible se acerca, aparece una diosa y les indica que deben descubrirse y mostrar sus รณrganos genitales para ahuyentarles. Ellas no le creen, asรญ que la diosa les muestra su vulva. Al ver que nada sucede, las dos mujeres le imitan y al momento los demonios huyen despavoridos.
El cuento de Blancanieves, por su parte, parece tener su origen en un ritual italiano: ยซuna joven menstruante era bajada a una mina de hierro para que exhibiera su sexo productivo, del que brotaba la sangre en abundanciaยป.
Volviendo a la India nos encontramos con un antiguo ritual matrimonial: durante la noche de bodas, la vulva de la mujer era untada en miel y el esposo debรญa arrodillarse y adorarlo. De ahรญ, cuenta Sanyal, podrรญa venir la idea de honeymoon o luna de miel.
El caso de Salomรฉ es significativo, pues fue una de las primeras mujeres que se convirtiรณ en leyenda por utilizar su cuerpo en una danza que, a luces de todos, estaba maldita.
Segรบn el historiador Tito Flavio Josefo, Salomรฉ era una princesa judรญa, hija de Herodรญas y nieta de Salomรฉ I.
Su danza de los siete velos para seducir al rey Herodes Antipas a cambio de la cabeza de Juan el Bautista se hizo tan universal que Caravaggio, Oscar Wilde, Audrey Beardsley o Richard Strauss la convirtieron en heroรญna de la pintura barroca, del teatro, la ilustraciรณn y la รณpera, respectivamente.
Salomรฉ encarna a esa mujer que no puede hablar (ยซยกAtrรกs! ยกMujer de Babilonia! Por la mujer vino el pecado del mundo. No me hables. No te escucharรฉยป) ni mirar (ยซยฟQuiรฉn es esa mujer que me estรก mirando? No quiero que me mireยป), pues en su danza estaba el origen del mal.
Porque durante mucho tiempo se extendiรณ una idea, segรบn la cual, si las mujeres disfrutaban tanto bailando era porque de esa manera podรญan reprimir mejor su histeria innata, su ยซirritabilidad neuromuscularยป.
Gypsy Rose Lee y el tanga
Siguiendo con la danza y el baile llegamos al streatease y al burlesque, dos disciplinas que Gypsy Rose Lee, una artista de mediados de 1900, dominรณ a la perfecciรณn.
Conviene poner de relieve que el streatease habรญa sido objeto de anรกlisis de intelectuales. Quizรกs el mรกs conocido sea el ensayo que Roland Barthes le dedicรณ en su libro Mitologรญas. Segรบn Barthes, el objeto del streatease no era otro que ยซvacunar al pรบblico con una pizca de mal para poder arrojarlo enseguida (โฆ) inmunizadoยป.
Dicho de otro modo: lo que amenazaba al espectador masculino era el genital femenino que, a su vez, era definido como la falta, el lugar vacรญo, la nada. Esta idea de la amenaza ya se habรญa registrado en mรบltiples culturas. En el mundo รกrabe, por ejemplo, existรญa la idea de que la vagina dentada podรญa arranca de un mordisco los ojos del hombre que la mirara.
En la mitologรญa mรกs antigua, Erimanto fue cegado por Afrodita tras haberle espiado en el baรฑo. En el cristianismo, el niรฑo que ve a santa Inรฉs desnudada a la fuerza por otros hombres perdiรณ la vista.
Sin embargo, la llegada de Rose Lee modificรณ el concepto del streatease, mutรกndolo en algo sustancialmente diferente: el ยซstreatease intelectualยป, un tรฉrmino acuรฑado por el periodista John Richmond.
En sus espectรกculos, Rose Lee se desnudaba al tiempo que opinaba sobre El Capital de Marx, la mรบsica de Brahms, las novelas de Joyce o hacรญa chistes sucios y bromas sexuales. Rose Lee puso de manifiesto algo que muchos ignoraban entonces: que una mujer desnuda tambiรฉn podรญa hablar y ser inteligente.
El รฉxito de Rose Lee fue tal que pronto escribiรณ una novela titulada Los asesinatos del tanga. El libro, publicado en 1941, supuso una autรฉntica bomba editorial que azuzรณ conciencias y agitรณ morales. La sinopsis todavรญa fascina: un grupo de mujeres que forman una compaรฑรญa de burlesque se ve sacudido cuando su estrella es asesinada.
Esta novela policรญaca y protofeminista contaba con innumerables diรกlogos sesudos entre mujeres que, ademรกs, eran amigas, se ayudaban y comprendรญan.
Y todavรญa mรกs, como apunta Sanyal: ยซ(โฆ) esas bailarinas no son en absoluto vรญctimas indefensas. Son glamurosas, graciosas, listas y, sobre todo, dan mucha guerraยป.
La fama de Rose Lee se extendiรณ hasta llegar al Neo Burlesque con artistas como Lindzey Martucci: ยซLas artistas del Neo Burlesque quieren ambas cosas: vulva y raciocinio, sexo y polรญtica, pero sobre todo quieren devolver una vez mรกs el tease dentro del strip bailandoยป
Vulva atraviesa todo tipo de representaciones en la parte final del libro โpiratas punk, Riot Grrrl, Pospornoโ hasta desembocar en los aรฑos 70 con los happenings feministas en los que destacรณ la artista Carole Scheneemann, cuya performance Interior Scroll trascenderรญa a todos los รกmbitos de la sociedad de su tiempo.
Tras un striptease en el que seรฑalizรณ con barro aquellas partes de su anatomรญa que le identificaban como mujer, Scheneemann sacรณ de su vagina un enorme papel enrollado que se asemejaba a un cordรณn umbilical; los desplegรณ y comenzรณ a leer un monรณlogo en el que denunciaba el trato que habรญa sufrido su colega Hannah Wilke por parte de un conocido director de cine.
En esa misma dรฉcada, en 1971, en plena efervescencia feminista, Germaine Greer publicรณ el ensayo Seรฑorita, ama tu coรฑo, uno de los primeros textos que indagaba en la representaciรณn cultural del genital femenino. Fragmentos como el que sigue inspiraron a Sanyal para escribir Vulva casi cincuenta aรฑos despuรฉs:
ยซEl sadismo es el resultado necesario de la creencia de que un sexo es pasivo y sufre el sexo en manos de otro. Si queremos escapar de cualquiera de los horribles efectos de esta mitologรญa, efectos que incluyen la guerra y la pena capital, debemos recuperar el poder del coรฑoยป.
Epรญlogo: la ablaciรณn
El epรญlogo de Vulva comienza con el reconocimiento por parte de su autora de un triple indicio que le indicรณ que debรญa escribir este ensayo: en primer lugar, Sanyal afirma que durante su adolescencia no tenรญa ni idea de a quรฉ se parecรญa una vulva, ni siquiera la suya.
En segundo lugar, unos aรฑos mรกs tarde, cuando visitรณ la biblioteca de Dรผsseldorf se percatรณ de que le faltaban las palabras a la hora de describir y nombrar todo lo relacionado con el sexo femenino.
Por รบltimo, Sanyal describe asรญ su tercera experiencia formativa: ยซcuando finalmente se hablaba de la vulva, se hacรญa en el contexto de la enfermedad o la reproducciรณn o โpara seguir con la aliteraciรณnโ del abuso, el abandono y los malos tratosยป.
No es casual, por tanto, que en el final de este libro se mencione aquello que, literalmente, sรญ supone una amenaza para las mujeres: la ablaciรณn o la mutilaciรณn genital femenina.
ยฟSabรญan que la รบltima ablaciรณn de clรญtoris que se efectรบo en Estados Unidos para ยซcurar la masturbaciรณnยป a una niรฑa de cinco aรฑos fue en el aรฑo 1948?
ยฟPueden comprender que en estos setenta aรฑos que han transcurrido el genital femenino sigue siendo, tanto en sentido figurado como en sentido concreto, un รกrea ferozmente amenazada?
ยฟEntienden ya la importancia de seรฑalar exactamente dรณnde se ubica la vagina y la vulva en el cuerpo de una mujer?
Seรฑoritas amen su coรฑo? de verdad nos tienen que decir a las mujeres que amemos nuestro sexo despuรฉs de siglos de mancillarlos, ensuciarlos como si fueran algo extraรฑo y malvado, excluirlos prรกcticamente de la anatomรญa general y tratarlos como cavernas demoniacas? Los que tienen que aprender a respetarlos, amarlos y tratarlos con respetos son ustedes, seรฑores, nosotras nacemos con ellos, crecemos con ellos, meamos con ellos, menstruamos con ellos, nos masturbamos, parimos, follamosโฆno necesitamos que nos digan que los amemos, ya lo hacemos!!
He llegado hasta tu pรกgina porque estaba buscando ese ensayo de Seรฑorita, ama tu coรฑo. Y leyendo tu post, muy bien esquematizado y resumido sobre el libro de Sanyal, tengo que reconocer la impresionante y reconocible labor que ha hecho escribiendo este libro.
Porque es eso lo que tenemos que hacer, darle voz a nuestro coรฑo. Porque la historia estรก ahรญ, y como cuenta Snayal en el libro, pocas han sido las que han revolucionado junto con todo su Ser sobre una parte de buestro cuerpo que ha sido, y sigue siendo, tan horribilizada.
Han habido partes en el libro en el que he sentido tanto dolor, que he tenido que parar un momento. Dolor, acompaรฑamiento y presencia. Y asรญ durante los 3 dรญas que he tardado en leerme el libro.
Claro que tenemos que amarlo, porque en nuestra psique nos han sometido una historia que no nos pertenece, salvo a aquรฉllos que la escribieron para protegerse, a saber, de lo que mรกs que hacerles daรฑo, les daba la Vida. Y solo nosotras tenemos ese poder: ยกCoรฑo!
Sรญ, sabemos que tenemos un รณrgano sexual llamado Vulva, lo sabemosโฆ.pero no sรณlo hay que saberlo, tambiรฉn hay que mirarlo, mimarlo, sentirlo, escucharlo. Porque es la รบnica forma de Re-conocer que esa parte de tu fisionomรญa tambiรฉn existe. Y ese acto es el del Amor.