¿Has leído lo último de Homero?

30 de enero de 2019
30 de enero de 2019
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Si hacemos caso a Google, a lo largo de la historia se han publicado nada menos que 129.864.880 libros diferentes. Una cifra que nos demuestra, sin hacer demasiados cálculos, que no vamos a poder leerlos todos. Y más aún teniendo en cuenta que tan solo en España se publican más de 18.000 títulos al año.

Aunque esa última cifra incluye reimpresiones, libros de texto, etc., lo cierto es que los números son apabullantes y que, por tanto, tendremos que elegir cuáles pensamos leer y cuáles se quedarán en las librerías.

El problema es que, junto a esta dimensión meramente cuantitativa, hay otra mucho más obvia: no todos los libros son iguales. Los hay efímeros y los hay imprescindibles.

Lo que sucede es que el interés de algunas editoriales por forzar la venta de sus novedades, dirigiendo las inversiones publicitarias exclusivamente a las mismas, hace que el equilibrio entre las obras clásicas y las de reciente aparición quede claramente descompensado.

La industria editorial ha reproducido el mismo modelo de mercado que otros sectores, como la moda o el consumo de masas, adjudicándole a sus últimos lanzamientos un valor añadido que nada tiene que ver con la calidad intrínseca de la obra.

Jamás veremos un cartel publicitario que diga: «El Quijote, el mayor best seller de la historia. Más de 500 millones de ejemplares vendidos desde su lanzamiento en 1.605.  Nueva edición a la venta». Y, sin embargo, sí encontramos en lugares preferentes de las librerías novelas con una tirada media (según los datos más recientes) de 2.753 ejemplares por título.

Por supuesto que hay que anunciar las novedades y que esa labor les corresponde a las editoriales. Y no solo por intereses económicos, sino también porque las mejores de ellas entrarán en el futuro a formar parte de esos clásicos del pasado.

Leer a los clásicos no es moderno. Pero por eso se llaman clásicos. No deberíamos desdeñar esos libros que tenemos que conocer más allá de las novedades o las modas, porque el hacerlo no solo nos dará placer, sino que también nos convertirá en personas más capacitadas para comprender quiénes somos y de dónde venimos. Porque se trata de obras universales que han superado el test del tiempo a base de afectar, con su lectura, a muchas generaciones.

Si quieres calcular del uno al diez (ya que hoy vamos de números) cuáles son tus asignaturas pendientes sobre este tema, aquí tienes una lista de libros imprescindibles.  Por supuesto, la selección es absolutamente cuestionable ya que incluso entre los clásicos hay títulos para todos los gustos.

  1. El Quijote. Cervantes.
  2. La divina comedia. Dante.
  3. La Odisea. Homero.
  4. En busca del tiempo perdido. Proust.
  5. Guerra y Paz. Tostói.
  6. Hamlet. Shakespeare.
  7. Ulises. Joyce
  8. El conde de Montecristo. Dumas.
  9. Los miserables. Víctor Hugo.
  10. Edipo Rey. Sófocles.

Si en esta relación no está Cien años de soledad es porque aún no ha cumplido cien años. Pero debería estar, como tantos otros. Lo que sucede es que una lista más larga podría resultarnos deprimente ante la conciencia de todo lo que nos falta por leer. Aunque, en rigor, lo que debería es hacernos felices, a sabiendas de cuántos grandes libros podemos disfrutar todavía.

En nuestro país, durante los años 70, se lanzó una campaña para fomentar la lectura bajo el eslogan «Un libro ayuda a triunfar». Era la década prodigiosa y por aquel entonces todo se relacionaba con el éxito. Pero en lo que respecta a las grandes lecturas, el éxito es interior. Se concentra en el inmenso placer que sentimos frente las páginas de un libro o la pantalla de un Kindle al resucitar las aventuras de Odiseo tal y como las describiera Homero hace más de 28 siglos.

2 Comments ¿Qué opinas?

  1. En todos los sitios en que se presenta la oportunidad reivindico «La novela de Genji», de Shikibu Murasaki. Fue escrita cerca del año 1000 por una dama de la corte Heian (o sea, más lejana culturalmente que un vulcano…) y sin embargo tiene un humor que puede hacer reír a un hispanoamericano de 1000 años más tarde. De los 10 de la lista, solo «vecinos» como Cervantes o Shakespeare pueden lograr lo mismo. No le pido humor a Sófocles, pero me parece que los sentimientos que inspiró Edipo Rey a sus contemporáneos son muy diferentes a los que nos inspira hoy, en cambio tal vez sí Antígona logra esa comunicación, lo que dice tanto del talento de Sófocles como de lo herederos que somos de esa cultura.

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