MCC: la cรกrcel vertical

[pullquote author=ยปJack Kerouac. Libro de esbozosยป]El resultado final supremo de las primeras formas fรกlicas del Gรณtico son los rascacielos y los compresores y รฉmbolos de los motores[/pullquote]

(Imagen de portada: Silueta triangular del MCC fotografรญada desde la Torre Sears. RMHED (CC))

Siendo una de las ciudades mรกs importantes de los Estados Unidos, ademรกs de cuna (conceptual y fรญsica) de la arquitectura moderna norteamericana, en Chicago se levantan algunos edificios realmente brillantes cuya sola presencia justificarรญa una visita a la ciudad. Desde el Monadnock Building, primigenio rascacielos de ladrillo construido hace 120 aรฑos, hasta la antigua Torre Sears, rebautizada como Torre Willis, que con sus 442 metros fue la mรกs alta del mundo hasta casi el aรฑo 2000.

Tambiรฉn hay unas cuantas obras que no son importantes por su altura sino por su relevancia arquitectรณnica, como el lobulado Marina City de Bertrand Goldberg, los apartamentos en Lake Shore Drive de Mies van der Rohe o, tambiรฉn de Mies, el bello y estricto Crown Hall del IIT.

Pero, en la confluencia de la calle Van Buren con Clark, junto al Monadnock, hay un rascacielos de mรกs de 100 metros, interesantรญsimo en tรฉrminos arquitectรณnicos y brillante en su soluciรณn que, pese a los mรกs de cuarenta aรฑos que han pasado desde su apertura y a que forma parte de un distrito incluido en el Registro Nacional de Lugares Histรณricos, sigue siendo prรกcticamente desconocido.

No solo no aparece en las guรญas turรญsticas de Chicago sino que es realmente difรญcil de ver incluso desde la calle, entre otras cosas porque Van Buren discurre bajo uno de los tramos del tren elevado (otro reclamo urbano muy famoso) y, cuando se llega a la esquina, el edificio estรก oculto tras las vรญas.

Sin embargo, al girar hacia el sur y salir a cielo abierto, tampoco nos encontramos con una mole imponente; mรกs bien con una esquina retirada de la alineaciรณn de la calle y ejecutada a 45 grados, tan aguda que desde la calle Clark parece solo una fachada sin edificio detrรกs. Como una tramoya. Se dirรญa que el edificio quisiese permanecer oculto a la ciudad. Es el MCC, siglas de Metropolitan Correctional Center, y es una prisiรณn federal. En pleno centro de Chicago. En el Loop. A apenas seis manzanas de lago Mรญchigan.

Cuando, en 1969, el Departamento de Justicia encargรณ al arquitecto Harry Weese el proyecto de una nueva penitenciarรญa en la capital de Illinois, estaba claro que no iba a poder parecerse al resto de cรกrceles del paรญs o del mundo y, de hecho, no iba a parecerse a la imagen que el mundo tenรญa de una cรกrcel.

Como sabemos por los panรณpticos, una prisiรณn se define por su necesidad de control y, por tanto, por su atenciรณn intrรญnseca a la seguridad. ยซIntrรญnsecaยป porque reside en la propia arquitectura, no en las cรกmaras o las vallas electrificadas. Asรญ, el primer medio es la distancia y, por eso, las cรกrceles suelen estar en medio de la nada, alejadas de poblaciones e incluso de carreteras transitadas.

Aunque aparentemente no pudiera hacerse, poner distancia fue lo primero que decidiรณ Weese en el proyecto del MCC. Salvo que esa distancia no serรญa horizontal sino vertical, lo cual se apoya en un fenรณmeno psicolรณgico curioso: la diferencia de apreciaciรณn entre la longitud y la altura. Esto es, que la misma cantidad de metros se percibe mucho mayor cuando se trata de distancia vertical que cuando se hace en el plano del suelo.

Podemos comprobarlo nosotros mismos con tan solo asomarnos a una ventana; si estamos en un cuarto piso, a unos 12 metros de altura, tenemos una sensaciรณn de alejamiento que no experimentamos si esos doce metros son los que nos separan de la otra acera. Porque 12 metros son 12 pasos; el ancho de una calle estrecha.

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Dos imรกgenes del MCC; desde la calle Clark y desde lo alto de la Torre Sears. Fotografรญas: Ellisa Rolle (CC)

A partir de la decisiรณn (en parte, imposiciรณn por el solar) de construir en altura, el MCC se desarrolla aprovechando precisamente su condiciรณn de rascacielos. Por ejemplo, las ventanas del MCC tienen mรกs de dos metros de alto pero no necesitan rejas de ningรบn tipo. El primer problema es que el ancho es de 12.5 cm y por ahรญ no cabe nadie; y el segundo es que, en el caso de que alguien cupiese, le esperarรญa una caรญda imposible. Pensemos que el edificio cuenta con 27 plantas en total, y un preso cuya celda estรฉ en el piso 14 se encuentra a apenas 50 metros de la libertad, pero claro, son 50 metros insalvables.

Desde fuera, esos huecos alargados y contrapeados dibujan una fachada vibrante de hormigรณn visto, en la mejor tradiciรณn del brutalismo. Si bien, en este caso, sรญ que tiene un poco bastante de distรณpico.

Por su propia naturaleza arquitectรณnica, en el MCC no hay mรณdulos ni grandes patios vigilados con torretas, sino que todo el edificio se estructura segรบn plantas que funcionan como compartimentos estancos. Tal es asรญ que es uno de los escasos presidios mixtos de los Estados Unidos; los hombres y las mujeres viven, sencillamente, en pisos distintos. De hecho, aunque estรกn separados por el comedor y las cocinas, a media altura del edificio, los niveles masculinos y femeninos podrรญan estar incluso mezclados porque, con solo 18 celdas en cada uno, se comportan de manera semiindependiente y fรกcilmente controlable por unos pocos vigilantes.

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Planta de tipo de los niveles con celdas.

Los รบnicos momentos crรญticos de la vida en el MCC se producen cuando los reos tienen que salir, no de sus celdas, cuyas puertas suelen estar abiertas, sino de su planta. Para bajar al comedor, la enfermerรญa, la lavanderรญa o la biblioteca (estรกs รบltimas situadas en los niveles inferiores del edificio), se ocupan cuatro ascensores con controles externos de seguridad y guardias armados en cada salida. Es difรญcil comprender la sensaciรณn que se puede tener cuando algo tan cotidiano como tomar un ascensor, algo que hacemos todos casi cada dรญa, se convierte en una experiencia vigilada y, a la vez, de liberaciรณn.

Porque esos ascensores tambiรฉn conducen al patio, y como todo en el MCC, el patio no es igual al de las demรกs cรกrceles. El patio del Metropolitan Correctional Center es la cubierta del edificio. A 100 metros de altura.

Estar preso es una putada por mucho que nos lo merezcamos pero, aunque solo sea un par de horas al dรญa, aunque solo sirva como mรญnima maniobra de ensoรฑaciรณn contemplada a travรฉs de una malla metรกlica, esas horas se pueden disolver jugando al baloncesto, haciendo pesas o simplemente mirando a la ciudad de Chicago, al Millenium Park y hasta al lago Mรญchigan desde donde nadie puede hacerlo.

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Un partido de baloncesto a cien metros de altura. Al fondo, el Monadnock. Fotografรญa: Philippe_Ponchaux (CC).

 

 

1 Comment ยฟQuรฉ opinas?

  1. Hi, my name is Eduardo Brandรฃo, Iโ€™m Brazilian and Iโ€™m a university student in architecture. The subject of my ยซCourse Completion Workยป is ยซVertical Prison Architecture,ยป and Chicago MCC is my architectural design benchmark. This blog was the address that I found more complete information about the architecture of this building. I would like the opportunity to get more information and help to understand how this building works. Can someone help me? Sorry about my terrible English. Hug.

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