La loquísima campaña de las elecciones europeas

Hay quien dice que la política es aburrida, pero eso debe ser porque no sigue lo que pasa en España. A veces es de chiste, y a veces, la verdad, no tiene puta gracia. Pero la verdad es que la campaña de estas elecciones europeas es para reírse, y mucho además.
Pero empecemos por el principio: elecciones europeas. Elecciones. Sí, el domingo 25 de mayo puedes ir a votar, en unas elecciones que tienen lugar cada cinco años y en las que, hasta la fecha, no han servido para elegir gobierno alguno. Sirven para dar forma al Parlamento Europeo y para que este dé forma al resto de instituciones europeas. Dicen, de hecho, que una de las cosas que hacen que la gente no vaya entusiasmada a votar cuando hay elecciones europeas es que no sienten que voten ‘a nadie’ en concreto.
Efectivamente, votas a un partido o coalición que se suma a otros partidos y coaliciones en el resto del continente y forman grupos diversos. De hecho, los partidos suelen meter en las listas (al menos en España, y salvo excepciones loables) a políticos con muchísimo menos futuro que pasado. Tanto es así que en círculos políticos se suelen conocer las listas de las europeas como un billete «para el último avión que sale de Vietnam» (literal esto) y, como consecuencia, al Parlamento europeo como un auténtico cementerio de elefantes.
Si a todo esto le sumas la crisis, la desafección, el enfado de los europeos del sur con las políticas económicas continentales, la nula sensación de que las instituciones europeas de verdad sirvan para algo y otras muchas cosas más el resultado es abrumador. Cuesta entender que la gente no vaya en masa a votar. Solo hay que ver en un gráfico cómo han evolucionado a lo largo de estos años los votos válidos a candidatura, la abstención y (en gráfico aparte porque el porcentaje es muy bajo y si no, no se ve bien, así que está ampliado) voto nulo y en blanco.
Pero tranquilo, amigo lector: para eso están los políticos, para animarnos. En el PP está Miguel Arias Cañete, ese candidato tecnológico que, en unas semanas, ha abierto cuenta de Twitter y aprende a hacerse selfies, todo en uno.


Su número dos en lista, González Pons, lleva mucho más en Twitter y también haciendo sus pinitos con la tontería del selfie.


Así es la dupla que encabeza el que hasta hace poco ministro de Medio Ambiente a pesar de tener, además de una dilatada colección de coches, acciones de petrolíferas. No era la primera vez que era ministro del ramo, que incluye Agricultura. En su día no le tembló la mano a la hora de ponerse a comer ternera en plena crisis de las vacas locas, a lo Fraga en Palomares. Ahora ha dejado huella con ruedas de prensa como las del etiquetado del jamón serrano, o medidas como las del yogur caducado. Con razón le han sacado un maravilloso Tumblr llamado «Arias Cañete comiendo».
Menos gracia hace el hecho de que, aunque cuentan en círculos políticos que siempre ha ansiado ser comisario europeo, la UE podría inhabilitarlo por su último lío: le permitieron ser diputado pese a ser a la vez empresario. Al menos en la puesta en escena en su cartel electoral ha sido más original de lo que se suele ser: normalmente uno quiere parecer más joven y lozano de lo que es (ejemplos hay miles), pero él ha preferido salir como un abuelo entrañable. Y un poco tragaldabas, también. Un compañero más fino lo llama ‘papá pitufo’
Pero, qué duda cabe, sobre los carteles electorales hay tratados enteros, y escuelas diversas, como esa tan interesante de los miradores al infinito de la que ya hablamos hace tiempo. Sin embargo no todo lo que pasa en una campaña, ni mucho menos, pasa en los carteles. Porque para carteles, el de Cospedal. En una originalísima ocurrencia, la secretaria general del PP salió imitando la llamada de la primera dama de EE UU (y muchos otros antes) para que liberen a las doscientas niñas secuestradas en Nigeria. El original era este


Lo malo es que la foto en cuestión se ha convertido en un meme épico con mil réplicas desternillantes.






Si quieres sumarte a la corriente artística (un poco tarde, eso sí), aquí el recurso definitivo

En el partido de enfrente, el socialista, no andan mucho mejor. Para empezar la candidata designada casi parece más la rescatada del diluvio que se acerca en Ferraz que la líder de una lista con una fortísima vocación europea. Lo que sí han hecho con ella es un fuerte re-styling (toma palabra), tanto de tono como de apariencia. El cartel -volviendo al cartel- pañuelo al cuello es toda una declaración de intenciones. Pero lo que está marcando la campaña socialista son dos palabras: abrazos y selfies.
Abrazos hay muchos, pero conste que ya lo avisó la propia candidata en la cuenta de Twitter que casualmente reabrió unos meses antes de que fuera designada candidata. Casi también podría montarse un Tumblr rollo ‘Valenciano abrazando a gente’.


Así que abrazos y más abrazos a través de sus redes sociales








Y selfies, muchos selfies, que están de moda y son supermodernos aunque ya estén más vistos que el tebeo. De hecho, no es un vicio exclusivo del PSOE, aunque sí es cierto que son quienes más lo explotan:


Pero no solo de los dos grandes partidos viven las risas de campaña, porque en el campo del humor no hay bipartidismo. Ni de los guiños, porque los detalles también son importantes:


En fin, luego está la cartelería oficial de la coalición de Equo, que usa no la imagen de su candidato, sino la de sus enemigos:

Ahora, para enemigos, los de dentro. Solo así se explica alguno de los carteles electorales que han hecho con el cabeza de lista. Humor no falta, pero… Eso.
En general la cartelería de Equo está bien pensada: colores, lemas atractivos y directos y bastante osadía: es lo que tiene poder permitirse separarse un poco del oficialismo aburrido de los grandes, aunque -claro- quizá también sean grandes por cosas como evitar estridencias. De eso saben más los autores materiales de ciertas campañas.

No son los únicos que tiran del ‘enemigo’ para sus carteles. La coalición nacionalista de Amaiur y BNG han lanzado una web llamada ‘El voto que les duele‘ que deja pocas dudas, con imágenes como estas (Duquesa de Alba incluida)



Luego están sus fotomontajes, muy locos algunos


Otros, como en Movimiento Ciudadano, se separan tanto que montan un fotomatón con el candidato. Ojo ahí.

O, como IU, montan un vídeo con un chorizo.

Eso sí, hay que reconocer que si las redes sociales políticas tienen una estrella ese es Toni Cantó, de UPyD, que también da alegrías en campaña.


Y selfies, claro, que no falten.


Pero no solo los grandes tiran de estas cosas, aquí hay para todos. Este cartel de Vox es fino como pocos.


Son tan finos que tan pronto desmontan ellos mismos el chiringuito, como se ponen firmes para escuchar el himno.


Ahora, lo mejor, el selfie-videoblog que tienen. Recursos y cercanía a tope.
https://www.youtube.com/watch?v=6cfhlNLaOIg
El más friki quizá, el ‘partido’ que ha montado el juez Elpidio José Silva a su alrededor, que montó unas primarias donde solo él era candidato, copió parte del programa electoral de otro partido e hizo todo esto en pleno juicio contra él por encarcelar a Miguel Blesa, exdirigente de Caja Madrid, en uno de los episodios más extraños que recuerdan nuestros juzgados. Por no faltarle al candidato no le falta ni canción.

Y claro, Pablo Iglesias, líder de la formación izquierdista Podemos, que ha recibido críticas por doquier por su -dicen- excesivo ombliguismo. La verdad es que poner la cara de uno mismo como logotipo de un partido es, cuanto menos, curioso. Dicen que lo hicieron porque la gente no les conoce, para evitar que no les encontraran.
Pero no, amigo lector, la tontuna no es exclusivamente española. Ahí fuera también hay ocurrencias dramáticas, desde candidatos ‘serios’ haciéndose un selfie al impagable vídeo electoral del Parlamento danés con Voteman, un tipo que te lleva a votar a hostias tras estar en la cama con cinco mujeres a la vez.



Es tal el ambiente de locura máxima que hasta a servidor se lo ponen a tiro para hacer chistes malos como este. Pasen y vean, hay café para todos


Fuente de los gráficos: Datos del Ministerio del Interior

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Patrick Thomas

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